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lunes, 3 de diciembre de 2012

UN POEMA PARA DICIEMBRE




DICIEMBRE

Si un día rompo a cantar,
todo cantará conmigo.
Esta mudez de los campos
se rasgará con mi grito.
Las nubes vagan sin prisa
desnudándome el camino.
¡Qué desolado horizonte
en este mes de los fríos!
Hay un revuelo de escarcha
sobre los jóvenes pinos.
Diciembre levanta un cáliz
de pájaros en exilio.
Yo dormida, voy soñando
dulces lares encendidos…

Susana March

.

jueves, 18 de octubre de 2012

AHORA


Porque lo teníamos cerca, porque nos gusta, porque hoy es hoy.


AHORA

Es ahora la hora
de sacudir la raíz y volverla hacia el cielo,
la hora de deslizar bajo la puerta
honorable del hombre
sin baldón y sin tacha un grito débil,
bajo la del cobarde una ocasión de muerte,
bajo la del avaro una súbita
apetencia de vida,
bajo la del cínico
un pensamiento compartido,
bajo la del creyente
la verdad que repite sin saberlo,
bajo la del necio amparado en sus dogmas
un globo de color del cielo libre,
bajo la del triste un niño,
bajo la del niño toda
la luz del mundo y bajo
la gran puerta del mundo
la palabra que haga
saltar los duros goznes,
dé paso a la riada,
forzar la sombra
en su estallido: el tuyo,
libertad.

José Ángel Valente

miércoles, 3 de octubre de 2012

UN POEMA PARA OCTUBRE




SUSPIRO

¡Mi alma, hacia tu frente donde sueña hermana tranquila!
un otoño alfombrado de rojez,
y hacia el errante cielo de tu angélica mirada,
sube, como en un jardín melancólico
un blanco surtidor, fiel, suspira hacia el azul;
hacia el azul enternecido de octubre pálido y puro,
que mira en los grandes estanques su languidez infinita
y, sobre el agua muerta, en que la leonada agonía
de las hojas yerra al viento y vacía un frío surco,
deja arrastrar el amarillo sol de un largo rayo.

Stéphane Mallarmé
Traducción de Juan Ramón Jiménez


martes, 25 de septiembre de 2012

POESÍA DE PAPEL

Ya os dije ayer que hoy tocaba poesía de mi libro de papel que huele. No es la primera vez que aparece José Ángel Valente en este blog, ni será la última.

El grito de Antonio Saura


UN CANTO

Un canto.
Quisiera un canto
que hiciese estallar en cien palabras ciegas
la palabra intocable.
Un canto.
Mas nunca la palabra como ídolo obeso,
alimentado
de ideas que lo fueron y carcome la lluvia.

La explosión de un silencio.

Un canto nuevo, mío, de mi prójimo,
del adolescente sin palabras que espera ser nombrado,
de la mujer cuyo deseo sube
en borbotón sangriento a la pálida frente,
de este que me acusa silencioso,
que silenciosamente me combate, 
porque acaso no ignora
que una palabra bastaría
para arrastrar el mundo,
para extinguir el odio
y arrastrarnos.

El equilibrio de una sola hoja
viva sobre la nieve,
la duración fugaz de los otoños,
el sueño indefinido
del año oscuro y la naturaleza,
la posesión feroz de las semillas,
el secreto enterrado,
la sucesión remota de las madres y del aire infalible,
el hilo roto, el argumento roto
del navegante que regresa después de mucho tiempo
y ya no reconoce lo que amaba.

Ven tú que tardas,
amanecer que tardas bajo la costra opaca
de los considerandos y las consecuencias,
de la moral al uso y su negro negocio,
del rito, del corchete, la liturgia,
la reverencia, el miedo en que no queda
de la fe ni una lágrima
que no hayan de antemano entregado o vendido
como mercadería o propaganda.

Dura la noche, 
la pasión amarilla del cobarde, 
la postura fetal de la avaricia,
la putrefacta risa de la hiena,
el fingido reposo de aquel que bien quisiera
ahuyentar lo vivido, la lámina acerada
del puñal y el amor inocente.

¿por este sueño he combatido?

José Ángel Valente
De la memoria y los signos (1960-1965)

jueves, 20 de septiembre de 2012

LA EDUCACIÓN ES UN ARMA PARA CONQUISTAR EL FUTURO

Dedicado a nuestros alumnos; sobre todo a los que creen que estudiar no sirve para nada.



LOA AL ESTUDIO

 ¡Estudia lo elemental! Para aquellos
cuya hora ha llegado
no es nunca demasiado tarde.
¡Estudia el «abc»! No basta,
pero estúdialo. ¡No te canses!
¡Empieza! ¡tú tienes que saberlo todo!
Estás llamado a ser un dirigente.

¡Estudia, hombre en el asilo!
¡Estudia, hombre en la cárcel!
¡Estudia, mujer en la cocina!
¡Estudia, sexagenario!
Estás llamado a ser un dirigente.
¡Asiste a la escuela, desamparado!
¡Persigue el saber, muerto de frío!
¡Empuña el libro, hambriento! ¡Es un arma!
Estás llamado a ser un dirigente.

¡No temas preguntar, compañero!
¡No te dejes convencer!
¡Compruébalo tú mismo!
Lo que no saber por ti,
no lo sabes.
Repasa la cuenta,
tú tienes que pagarla.
Apunta con tu dedo a cada cosa
y pregunta: «Y esto, ¿de qué?».
Estás llamado a ser un dirigente.

Bertolt Brecht


domingo, 2 de septiembre de 2012

UN POEMA PARA SEPTIEMBRE




Por septiembre
se te llenan de sótanos los labios
y es relativo el cielo
después de haberte visto preguntarle a la vida.
Pero también el cielo,
arrugado y preciso
como tu cazadora adolescente,
quiere estar entreabierto,
brillar recién amado,
descansando en la hierba
el peso de su larga cabellera de nubes.

Por septiembre
se te llenan de humo los síes en la boca.


Luis García Montero

miércoles, 1 de agosto de 2012

ANTONIO MACHADO - CAMPOS DE CASTILLA

Hoy hace cien años que murió Leonor Izquierdo, la joven esposa de Antonio Machado. El poeta, tan púdico y comedido a la hora de expresar sus sentimientos más íntimos, reflejó en estos pocos versos el dolor inmenso que le produjo la desaparición de Leonor. También este poema forma parte de Campos de Castilla.




CXIX

Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería.
Oye, otra vez, Dios mío, mi corazón clamar.
Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía.
Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar.

lunes, 2 de julio de 2012

ANTONIO MACHADO - CAMPOS DE CASTILLA - UN POEMA PARA JULIO




A ORILLAS DEL DUERO

Mediaba el mes de julio. Era un hermoso día.
Yo, solo, por las quiebras del pedregal subía,
buscando los recodos de sombra, lentamente.
A trechos me paraba para enjugar mi frente
y dar algún respiro al pecho jadeante;
o bien, ahincando el paso, el cuerpo hacia adelante
y hacia la mano diestra vencido y apoyado
en un bastón, a guisa de pastoril cayado,
trepaba por los cerros que habitan las rapaces
aves de altura, hollando las hierbas montaraces
de fuerte olor —romero, tomillo, salvia, espliego—.
Sobre los agrios campos caía un sol de fuego.

Un buitre de anchas alas con majestuoso vuelo
cruzaba solitario el puro azul del cielo.
Yo divisaba, lejos, un monte alto y agudo,
y una redonda loma cual recamado escudo,
y cárdenos alcores sobre la parda tierra
—harapos esparcidos de un viejo arnés de guerra—,
las serrezuelas calvas por donde tuerce el Duero
para formar la corva ballesta de un arquero
en torno a Soria. —Soria es una barbacana,
hacia Aragón, que tiene la torre castellana—.
Veía el horizonte cerrado por colinas
obscuras, coronadas de robles y de encinas;
desnudos peñascales, algún humilde prado
donde el merino pace y el toro, arrodillado
sobre la hierba, rumia; las márgenes del río
lucir sus verdes álamos al claro sol de estío,
y, silenciosamente, lejanos pasajeros,
¡tan diminutos! —carros, jinetes y arrieros—
cruzar el largo puente, y bajo las arcadas
de piedra ensombrecerse las aguas plateadas
del Duero.

El Duero cruza el corazón de roble
de Iberia y de Castilla.
¡Oh, tierra triste y noble,
la de los altos llanos y yermos y roquedas,
de campos sin arados, regatos ni arboledas;
decrépitas ciudades, caminos sin mesones,
y atónitos palurdos sin danzas ni canciones
que aun van, abandonando el mortecino hogar,
como tus largos ríos, Castilla, hacia la mar!

Castilla miserable, ayer dominadora,
envuelta en sus andrajos desprecia cuanto ignora.
¿Espera, duerme o sueña? ¿La sangre derramada
recuerda, cuando tuvo la fiebre de la espada?
Todo se mueve, fluye, discurre, corre o gira;
cambian la mar y el monte y el ojo que los mira.
¿Pasó? Sobre sus campos aún el fantasma yerra
de un pueblo que ponía a Dios sobre la guerra.

La madre en otro tiempo fecunda en capitanes
madrastra es hoy apenas de humildes ganapanes.
Castilla no es aquella tan generosa un día,
cuando Myo Cid Rodrigo el de Vivar volvía,
ufano de su nueva fortuna y su opulencia,
a regalar a Alfonso los huertos de Valencia;
o que, tras la aventura que acreditó sus bríos,
pedía la conquista de los inmensos ríos
indianos a la corte, la madre de soldados,
guerreros y adalides que han de tornar, cargados
de plata y oro, a España, en regios galeones,
para la presa cuervos, para la lid leones.
Filósofos nutridos de sopa de convento
contemplan impasibles el amplio firmamento;
y si les llega en sueños, como un rumor distante,
clamor de mercaderes de muelles de Levante,
no acudirán siquiera a preguntar ¿qué pasa?
Y ya la guerra ha abierto las puertas de su casa.

Castilla miserable, ayer dominadora,
envuelta en sus harapos desprecia cuanto ignora.

El sol va declinando. De la ciudad lejana
me llega un armonioso tañido de campana
—ya irán a su rosario las enlutadas viejas—.
De entre las peñas salen dos lindas comadrejas;
me miran y se alejan, huyendo, y aparecen
de nuevo ¡tan curiosas!... Los campos se obscurecen.
Hacia el camino blanco está el mesón abierto
al campo ensombrecido y al pedregal desierto.


viernes, 29 de junio de 2012

HOMENAJE A CAMPOS DE CASTILLA

Como despedida, ofrecemos este pequeño homenaje al libro de poemas de Antonio Machado Campos de Castilla, que se editó hace 100 años. Ya han ido apareciendo el el blog algunos poemas y referencias a este centenario. Queríamos que fuera un homenaje grande y sonado, como se merece don Antonio, pero no ha podido ser. Son cosas que pasan.


De todas formas, nuestros pasillos se han llenado de su rostro y sus versos, y se ha podido realizar un mural con tres de los árboles a los que dedica versos en su poesía y que tienen una gran carga simbólica para el poeta: el limonero, la palmera y el olivo (como no podía ser de otra forma). Los dos primeros son siempre una referencia a su infancia luminosa y sevillana; los olivos son de nuevo Andalucía, el trabajo y el esfuerzo del hombre. En medio ha quedado Soria con sus álamos del río, sus encinas y su olmo seco y reverdecido de esperanza. Hubiera sido hermoso que estuvieran todos: un bosque machadiano. No ha podido ser.


Bueno, algunos alumnos se han acercado a la poesía de Campos de Castilla y a la biografía de don Antonio; otros se han parado a ver quién era ese señor y han leído algunos versos. Quizá dentro de unos años lo recuerden. Ojalá.





Gracias a las profesoras y a los alumnos que han colaborado en la realización y montaje de este pequeño homenaje.


Lola Sevila


(Por supuesto, canta Joan Manuel Serrat)


Fe de erratas: Al final del vídeo pone "curso 2010-2012"; es evidente que debería ser 2011-2012. No vayan a pensar que en El Olivo duran tanto los cursos.



miércoles, 27 de junio de 2012

PREMIOS LITERARIOS 2012 / PREMIOS DE POESÍA

PRIMER PREMIO DE POESÍA PRIMER CICLO


ODA AL VIENTO
de Mauricio Zambrano Bonifaz, 2º A






Dulce transparencia,
que polvo de sueño lleva,
de personas que vivieron, sus suspiros;
de mi persona, los recuerdos.
El olvido que el viento anhela
va llevando la tristeza,
dulce brisa desperdiciada,
que pesa, se marcha.
Dulce brisa,
eterna, cansada.


ACCÉSIT PRIMER CICLO

EL OTOÑO
de Miguel Valverde Quiroga, 1º C


Meciéndose mansamente,
las hojas abatiendo.
Se paralizan un momento,
y siguen cayendo sin cesar.
Sss... sss... sss...,
dice el aire entre las ramas.
Sss... sss... sss...
¡El otoño! Regresa ya.
Las hojas forman una ronda
y se ponen a enredar.

LA NATURALEZA
de David Alexandru Macesanu, 1º C



Debajo del mar,
un calamar.

En el Amazonas,
unas personas.

En la nieve,
una liebre.

En la jungla,
un glaciar

En la ola,
una caracola.

En el agua,
una piragua.

En la cascada,
un manantial.

En la noche,
un coche.

En la luna,
una bruma.

En el sol,
un girasol.

En la puesta de sol,
mi corazón.

PRIMER PREMIO SEGUNDO CICLO

MEMORIAS DE UNA NUBE
de Natalia Revenga Lozano, 3º B






















Un banquete de algodón se aproxima
que poco a poco va escondiendo el sol.
Sombras devoran laderas de colinas,
ahora gris se ha tornado el algodón.


Inseguras gotas ahogan las hormigas,
pero luego coge fuerza el chaparrón.
Cae sin freno agua y agua poseída,
no parece tener fin esta canción.


Rasgan el cielo unas rayas agresivas,
asustan los rugidos de un tambor.
De repente la tormenta termina
y es entonces cuando canta el ruiseñor.



lunes, 28 de mayo de 2012

COMPARTE LO QUE LEES / FERIA DEL LIBRO 2012


Ya ha comenzado la Feria del Libro. Como todos los años, digo que no voy a ir, que hace calor, que yo no necesito una feria para comprar libros… Pero voy a esa romería laica, como todos los años; éste con excusa perfecta: la solidaridad. Son tiempos de crisis y el negocio de los libros va mal. Siento especial simpatía por las librerías de siempre y por las pequeñas editoriales, verdaderamente quijotescas ambas. Llevan ya mucho tiempo peleando con los gigantes, que no son precisamente molinos de viento.


 Nada más empezar el recorrido por las casetas, me reconcilio con el mundo mercantil-librero. En muchas de ellas luce el cartel verde de la enseñanza pública, supongo que el señor Wert también los vio, aunque mirara para otro lado. Veo a los autores firmando sus obras o dispuestos a ello. Algunos gozan de un público fiel y reparten firmas, palabras y sonrisas; otros, permanecen, tras su obra, solitarios, como avergonzados, sin fijar la mirada en el público que pasa, para no dar a entender que están suplicando que alguien los quiera… leer. Luego están los mediáticos, rodeados de curiosos y lectores que quieren ver de cerca esos rostros que ven en la televisión.


 Entre todo eso, busco algo que me interese para hacer mi pequeña ofrenda solidaria con la crisis de los hacedores de libros. Lo encuentro: Réquiem de Ana Ajmátova, poetisa rusa de la que tenía alguna noticia y de la que había leído algún poema, pero que todavía era una prácticamente una desconocida para mí. Lo bueno que tiene la literatura es que es que se extiende por un tiempo y un territorio tan amplios que siempre queda algo por conocer o reconocer.


Ajmátova fue una gran poetisa rusa nacida en 1889. Perteneció a aquella generación de ricos burgueses y nobles rusos que fueron testigos de que el mundo cambiaba. Tenían antepasados tártaros, eran cultísimos, viajaban por el mundo, hablaban lenguas, se paseaban por París como por su casa, hacían vanguardia… Ajmátova fue, además, amada por hombres importantes, inteligentes y artistas. Dicen que el mismísimo Boris Pasternak se dejó embrujar por sus ojos verdes, pero que fue rechazado. No así Modigliani, que la amó –y fue amado- y la dibujó y pintó. En fin, cotilleos aparte, esta poetisa fue una de las representantes del la Edad de Plata de la poesía rusa, formó parte del grupo que quiso abandonar el simbolismo y restablecer el valor semántico de las palabras (acmeístas se llamaban). 


 Cuando triunfó la Revolución Rusa, las cosas no fueron bien para Ana. Al principio, muchos artistas pensaron que en la política, como en el arte, también cabía la vanguardia, capaz de volver el arte al revés, pero el sueño duró poco. No es difícil imaginar a la poetisa como uno de los personajes de El doctor Zivago de su enamorado rechazado. Sensible y nostágica, vio cómo su primer marido, el poeta Nikolái Gumiliov, del que llevaba mucho tiempo divorciada, era acusado de traición y fusilado (1921); poco después, el hijo de ambos fue deportado a Siberia; su tercer marido, el historiador del Arte Nikolái Punin murió en un campo de concentración en 1938; sus libros se prohibieron y también ella fue deportada. 


Entre 1922 y 1940 no publica nada, pero de sus amargas experiencias empiezan a nacer los poemas que formarán Réquiem (1940), obra en la que se plasma su dolor y su desesperación en las largas colas de mujeres –madres y esposas- ante las puertas de la cárcel de Leningrado, donde esperaba para entregar paquetes con ropa y alimentos y los quince rublos necesarios para la manutención de su hijo en la cárcel. Allí compartió el miedo, el dolor y la incertidumbre con otras mujeres, pero ella los convirtió en poesía. 


Murió en 1966 de un ataque al corazón. Un año antes de morir estuvo de paso en París y quiso dar una vuelta por la ciudad para recordar. Fue a la rue Bonaparte, donde había vivido hacía cincuenta años, vio la antigua casa donde residió y le señaló al poeta Adamóvich, que la acompañaba, la ventana del segundo piso por la que tantas veces vio venir y marcharse a Modigliani. Todo quedaba muy lejos. 


Por si a alguien le interesa: 
Ana Ajmátova, Réquiem, Ediciones Torremozas, Madrid


Lola Sevila






Así la vio Modigliani:



Y ahora, un poema:


No. No soy yo. Es otra la que está sufriendo.
Yo no podría sufrir así. Lo que ocurrió
que lo cubran los paños negros.
Y que se lleven los faroles...
La noche.



jueves, 17 de mayo de 2012

DÍA INTERNACIONAL CONTRA AL HOMOFOBIA

El 17 de mayo de 1990, la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó de la lista de los transtornos mentales la homosexualidad. La Carta Europea de los Derechos Fundamentales prohíbe la discriminación basada en la orientación sexual de las personas, y es vinculante. Algunos todavía no se han enterado. 

Celebramos este día con un hermoso poema de Luis Cernuda. 



Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo, dejando sólo la verdad
de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sin la libertad de estar preso
en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia
mezquina,
por quien el día y la noche son para mí lo que
quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.

lunes, 14 de mayo de 2012

LA BELLEZA DE LO EFÍMERO


Vivimos.
Simplemente. 
Yo y la amapola.


Kobayashi Issa (1763-1827)


Los japoneses gustan de contemplar la belleza efímera, y no les falta razón: lo bello que va a perderse, que se contempla con unos ojos que saben que acarician lo que quizá deje de ser tras un parpadeo, mezcla el placer que produce la contemplación de la belleza con la melancolía que ya se siente por su inminente pérdida. Ellos llaman a esa sensación mono no aware. Por eso aman sobre todas las flores del cerezo y del almendro, y las amapolas con las que adornan sus jardines urbanos en primavera.


El haiku participa también de esa conjunción de belleza y brevedad. Ya sabéis (en algún momento lo explicamos ya en este blog) que los haikus son breves poemas de tradición japonesa en los que el poeta expresa en dos o tres versos, el asombro o el sentimiento que le produce -normalmente- un elemento o fenómeno de la naturaleza. Parece que su origen se remonta a breves canciones que ya se cantaban en el siglo VIII y que fueron evolucionando. Pero su difusión se realiza en el siglo XVII, cuando el monje budista Matsuo Batso los comenzó a usar también como vehículo de expresión de la filosofía zen. 


En Occidente empezaron a conocerse a finales del siglo XIX y en el XX deslumbraron a muchos poetas que aceptaron encantados su influencia (entre ellos, el mismísimo Antonio Machado). Hoy se siguen haciendo en Oriente y Occidente. Como muestra, aquí tenéis un enlace en el que podréis encontrar mucha y muy buena información, además de una completísima antología: EL RINCÓN DEL HAIKU.


(En la fotografía, un parque de Tokio en el que han florecido centenares de amapolas de la variedad Papaver nudicaule. El autor de la fotografía es Toru Yamanaka)


jueves, 10 de mayo de 2012

ANTONIO MACHADO - CAMPOS DE CASTILLA




ORILLAS DEL DUERO

¡Primavera soriana, primavera
humilde, como el sueño de un bendito,
de un pobre caminante que durmiera
de cansancio en un páramo infinito!
¡Campillo amarillento,
como tosco sayal de campesina,
pradera de velludo polvoriento
donde pace la escuálida merina!
¡Aquellos diminutos pegujales
de tierra dura y fría,
donde apuntan centenos y trigales
que el pan moreno nos darán un día!
Y otra vez roca y roca, pedregales
desnudos y pelados serrijones,
la tierra de las águilas caudales,
malezas y jarales,
hierbas monteses, zarzas y cambrones.
¡Oh tierra ingrata y fuerte, tierra mía!
¡Castilla, tus decrépitas ciudades!
¡La agria melancolía
que puebla tus sombrías soledades!
¡Castilla varonil, adusta tierra,
Castilla del desdén contra la suerte,
Castilla del dolor y de la guerra,
tierra inmortal, Castilla de la muerte!
Era una tarde, cuando el campo huía
del sol, y en el asombro del planeta,
como un globo morado aparecía
la hermosa luna, amada del poeta.
En el cárdeno cielo vïoleta
alguna clara estrella fulguraba.
El aire ensombrecido
oreaba mis sienes, y acercaba
el murmullo del agua hasta mi oído.
Entre cerros de plomo y de ceniza
manchados de roídos encinares,
y entre calvas roquedas de caliza,
iba a embestir los ocho tajamares
del puente el padre río,
que surca de Castilla el yermo frío.
¡Oh Duero, tu agua corre
y correrá mientras las nieves blancas
de enero el sol de mayo
haga fluir por hoces y barrancas,
mientras tengan las sierras su turbante
de nieve y de tormenta.
y brille el olifante
del sol, tras de la nube cenicienta!...
¿Y el viejo romancero
fue el sueño de un juglar junto a tu orilla?
¿Acaso como tú y por siempre, Duero,
irá corriendo hacia la mar Castilla?


jueves, 3 de mayo de 2012

UNA IMAGEN Y UN POEMA PARA MAYO



A JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

Era una noche del mes
de mayo, azul y serena.
Sobre el agudo ciprés
brillaba la luna llena,
iluminando la fuente
en donde el agua surtía
sollozando intermitente.
Sólo la fuente se oía.
Después, se escuchó el acento
de un oculto ruiseñor.
Quebró una racha de viento
la curva del surtidor.
Y una dulce melodía
vagó por todo el jardín:
entre los mirtos tañía
un músico su violín.
Era un acorde lamento
de juventud y de amor
para la luna y el viento,
el agua y el ruiseñor.
«El jardín tiene una fuente
y la fuente una quimera...»
Cantaba una voz doliente,
alma de la primavera.
Calló la voz y el violín
apagó su melodía.
Quedó la melancolía
vagando por el jardín.
Sólo la fuente se oía.


Antonio Machado

sábado, 28 de abril de 2012

ANTONIO MACHADO - CAMPOS DE CASTILLA


Tras la muerte de Leonor, Antonio Machado abandona Soria y se marcha a Baeza. Vuelve a Andalucía, su tierra; allí la primavera es exuberante, hiperbólica, llena de color y aromas, pero Machado añora la humilde primavera soriana, la tierra donde ha sido feliz y ha amado. Así lo demuestra en este sentido poema abrileño.




RECUERDOS (CXVI)

Oh Soria, cuando miro los frescos naranjales
cargados de perfume, y el campo enverdecido,
abiertos los jazmines, maduros los trigales,
azules las montañas y el olivar florido;
Guadalquivir corriendo al mar entre vergeles;
y al sol de abril los huertos colmados de azucenas,
y los enjambres de oro, para libar sus mieles
dispersos en los campos, huir de sus colmenas;
yo sé la encina roja crujiendo en tus hogares,
barriendo el cierzo helado tu campo empedernido;
y en sierras agrias sueño ?¡Urbión, sobre pinares!
¡Moncayo blanco, al cielo aragonés, erguido!?

Y pienso: Primavera, como un escalofrío
irá a cruzar el alto solar del romancero,
ya verdearán de chopos las márgenes del río.

¿Dará sus verdes hojas el olmo aquel del Duero?

Tendrán los campanarios de Soria sus cigüeñas,
y la roqueda parda más de un zarzal en flor;
ya los rebaños blancos, por entre grises peñas,
hacia los altos prados conducirá el pastor.

¡Oh, en el azul, vosotras, viajeras golondrinas
que vais al joven Duero, rebaños de merinos,
con rumbo hacia las altas praderas numantinas,
por las cañadas hondas y al sol de los caminos
hayedos y pinares que cruza el ágil ciervo,
montañas, serrijones, lomazos, parameras,
en donde reina el águila, por donde busca el cuervo
su infecto expoliario; menudas sementeras
cual sayos cenicientos, casetas y majadas
entre desnuda roca, arroyos y hontanares
donde a la tarde beben las yuntas fatigadas,
dispersos huertecillos, humildes abejares!...

¡Adiós, tierra de Soria; adiós el alto llano
cercado de colinas y crestas militares,
alcores y roquedas del yermo castellano,
fantasmas de robledos y sombras de encinares!

En la desesperanza y en la melancolía
de tu recuerdo, Soria, mi corazón se abreva.

Tierra de alma, toda, hacia la tierra mía,
por los floridos valles, mi corazón te lleva.

(En el tren, abril de 1912)

domingo, 8 de abril de 2012

PASCUA DE RESURECCIÓN MACHADIANA

Nuestro homenaje a Anotonio Machado y, sobre todo, a su obra Campos de Castilla, que cumple cien años, sigue.



(PASCUA DE RESURRECCIÓN)

Mirad: el arco de la vida traza
el iris sobre el campo que verdea.
Buscad vuestros amores, doncellitas,
donde brota la fuente de la piedra.
En donde el agua ríe y sueña y pasa,
allí el romance del amor se cuenta.
¿No han de mirar un día, en vuestros brazos,
atónitos, el sol de primavera,
ojos que vienen a la luz cerrados,
y que al partirse de la vida ciegan?
¿No beberán un día en vuestros senos
los que mañana labrarán la tierra?
¡Oh, celebrad este domingo claro,
madrecitas en flor, vuestras entrañas nuevas!
Gozad esta sonrisa de vuestra ruda madre.
Ya sus hermosos nidos habitan las cigüeñas,
y escriben en las torres sus blancos garabatos.
Como esmeraldas lucen los muscos de las peñas.
Entre los robles muerden
los negros toros la menuda hierba,
y el pastor que apacienta los merinos
su pardo sayo en la montaña deja.



jueves, 5 de abril de 2012

LA SAETA



¿Quién me presta una escalera,
para subir al madero,
para quitarle los clavos
a Jesús el Nazareno?


SAETA POPULAR

¡Oh, la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos,
siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar!
¡Cantar del pueblo andaluz,
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz!
¡Cantar de la tierra mía,
que echa flores
al Jesús de la agonía,
y es la fe de mis mayores!

¡Oh, no eres tú mi cantar!
¡No puedo cantar, ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar!