se destaca en los ojos
de la libélula.
Kobayashi Issa (1763-1826)

ÁRBOL SECO
Diez años esperó que el árbol seco
floreciera de nuevo. Diez años
con el hacha aguzada y temblorosa,
pero el árbol
sólo exhibía sus desnudos brazos,
la percha de la urraca y de los cuervos.
Cortóle al fin, y, de repente,
vio su corazón verde, borbotón de savia;
un año más, y hubiera florecido.
José Jiménez Lozano

EL DÍA DE TU SANTO
El día de tu santo
te hicieron regalos muy valiosos:
un perfume extranjero, una sortija,
un lapicero de oro, unos patines,
unos tenis Nike y una bicicleta.
Yo solamente te pude traer,
en una caja antigua de color rapé,
un montón de semillas de naranjo,
de pino, de cedro, de araucaria,
de bellísima, de caobo y de amarillo.