Está claro que la expresión violencia de género es un calco del inglés gender violence, pero a mí me chirría un poco. En español, la palabra 'género' designa el “conjunto de seres establecido en función de características comunes” y “clase o tipo”: La narrativa es un género literario; No me gusta ese género de cosas. En gramática significa “propiedad de los sustantivos y de algunos pronombres por la cual se clasifican en masculinos, femeninos y, en algunas lenguas, también en neutros”: El sustantivo “mesa” es de género femenino. Ninguna de esas acepciones cuadra con “violencia”.
En inglés la voz gender se empleaba también hasta el siglo XVIII con el significado de “clase o tipo”, pero actualmente se prefieren otros términos: kind, sort o class. También tiene el sentido de “género gramatical”. Pero desde muy antiguo comenzó a producirse un cambio de significado y empezó a usarse gender como sinónimo de sex, probablemente por influencia del puritanismo. Esto vino muy bien cuando comenzó el auge de los estudios feministas, allá por los años sesenta del siglo pasado, porque, en el mundo anglosajón, se extendió el término gender con el sentido de “sexo de un ser humano”, con un matiz que hacía referencia a las diferencias sociales y culturales, alejándose de la oposición biológica entre hombres y mujeres que denotaba el término sex.
Cuando en el 2004, el Gobierno de España presentó el Proyecto de Ley integral contra la violencia de género, la Real Academia de la Lengua Española publicó un informe en el que, tras un análisis sesudo, proponía soluciones como: violencia doméstica o por razón de sexo. Creo que no le hicieron caso, como tampoco me lo harán a mí, que propongo violencia sexista o mejor, violencia machista, usando ese adjetivo tan castizo que está en la base de todas las agresiones contra las mujeres, y que hemos exportado a otras lenguas (junto con palabras más gozosas, como 'siesta' y 'movida').
En fin, lo dicho, no nos harán caso ni a mí ni a la RAE. El pueblo llano, capitaneado por los medios de comunicación, decidirá con qué expresión se queda. Ojalá que, mientras se buscan los términos más precisos, desaparezca el hecho designado y la búsqueda haya sido ociosa.
Lola Sevila
.