miércoles, 3 de octubre de 2012
UN POEMA PARA OCTUBRE
domingo, 1 de enero de 2012
UNA IMAGEN Y UN POEMA PARA ENERO

Las tardes de enero
Va cayendo la noche: La bruma
ha bajado a los montes el cielo:
Una lluvia menuda y monótona
humedece los árboles secos.
El rumor de sus gotas penetra
hasta el fondo sagrado del pecho,
donde el alma, dulcísima, esconde
su perfume de amor y recuerdos.
¡Cómo cae la bruma en el alma!
¡Qué tristeza de vagos misterios
en sus nieblas heladas esconden
esas tardes sin sol ni luceros!
En las tardes de rosas y brisas
los dolores se olvidan, riendo,
y las penas glaciales se ocultan
tras los ojos radiantes de fuego.
Cuando el frío desciende a la tierra,
inundando las frentes de invierno,
se reflejan las almas marchitas
a través de los pálidos cuerpos.
Y hay un algo de pena insondable
en los ojos sin lumbre del cielo,
y las largas miradas se pierden
en la nada sin fe de los sueños.
La nostalgia, tristísima, arroja
en las almas su amargo silencio,
Y los niños se duermen soñando
con ladrones y lobos hambrientos.
Los jardines se mueren de frío;
en sus largos caminos desiertos
no hay rosales cubiertos de rosas,
no hay sonrisas, suspiros ni besos.
¡Como cae la bruma en el alma
perfumada de amor y recuerdos!
¡Cuantas almas se van de la vida
estas tardes sin sol ni luceros!
Juan Ramón Jiménez
jueves, 17 de diciembre de 2009
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ EN CLAVE FLAMENCA
.

El jueves día 10, en el Teatro García Lorca de Getafe actuó Carmen Linares en el Primer Encuentro de Flamenco y Poesía. El acto estaba organizado por la Fundación Instituto Cultura del Sur.
Comenzó el espectáculo cuando ya la gente empezaba a impacientarse por el retraso, pero cuando apareció Carmen Linares sobre el escenario ya nadie rechistó, y cuando empezó a cantar creo que hasta se cortaron las respiraciones. Cantó todas las canciones de su último disco, Raíces y alas, que ha sido considerado el mejor disco de flamenco del 2009. Son poemas de Juan Ramón Jiménez musicados por el guitarrista Juan Carlos Romero. Magnífico y sorprendente. Nadie duda de que Carmen Linares sea una gran cantaora, pero no estaba tan claro que la poesía de Juan Ramón soportara el flamenco; y sí lo soporta. No es una traición, es añadirle hondura.
Tras la actuación, que encandiló al público, comenzaron las palabras que apoyaban la propuesta para que la UNESCO considere el flamenco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad; se recordó que era el Día Internacional de los Derechos Humanos y hubo un recuerdo para Aminetu Haidar. A continuación se entregó el Premio Duende, que concede la Cátedra Popular de Flamenco Federico García Lorca, a Miguel Espín, marido de Carmen Linares y gran conocedor del flamenco. Estaba previsto. La sorpresa fue que también se lo dieron a Carmen, la primera mujer que lo recibe.
Para finalizar, Fanny Rubio habló un poco del poeta y se estableció un diálogo entre la escritora y especialista en poesía, la cantante y el compositor. Se intentaba desentrañar el trabajo de composición e interpretación, la fusión con esa poesía que -en principio- tiene tan poco de flamenca, pero poco pudo explicar la racionalidad: todo era "duende". Como despedida, Carmen Linares cantó a capella el poema "Con tu voz", también incluido en el disco. No hay palabras.
Es maravilloso que pasen estas cosas en el Sur, ahí, tan cerquita. La cultura es eso, cercana, emocionada y emocionante.
Aquí tenéis un vídeo con una de las canciones del disco de Carmen Linares, "Llanto", y con imágenes de ese gran poeta que fue y es Juan Ramón Jiménez. De él hablaremos algún día y tendrán que pararse los relojes.
.
lunes, 15 de junio de 2009
POESÍA Y AGUA

Llueve en silencio, que esta lluvia es muda
Juana de Ibarbourou
En medio de la plaza y sobre tosca piedra,
hay formas que parecen confusas calaveras.
martes, 31 de marzo de 2009
POESÍA PARA EL MES DE ABRIL
Para empezar con buen pie el mes de abril, os recomendamos la lectura de este poema del gran poeta Juan Ramón Jiménez (de lo mejorcito).
(*) Juan Ramón Jiménez era un personaje y un poeta bastante peculiar. Entre otras excentricidades, decidió no distinguir gráficamente entre la "g" y la "j" cuando representaban el mismo sonido. Pero, ¡ojo!, eso sólo le está permitido a escritores con el Premio Nobel.
sábado, 21 de marzo de 2009
DíA INTERNACIONAL DE LA POESÍA/6
vestida de inocencia.
Y la amé como un niño.
Luego se fue vistiendo
de no sé qué ropajes.
Y la fui odiando, sin saberlo.
Llegó a ser una reina,
fastuosa de tesoros…
¡Qué iracundia de yel y sin sentido!
…Mas se fue desnudando.
Y yo le sonreía.
Se quedó con la túnica
de su inocencia antigua.
Creí de nuevo en ella.
Y se quitó la túnica,
y apareció desnuda toda…
¡Oh pasión de mi vida, poesía
desnuda, mía para siempre!
Juan Ramón Jiménez
domingo, 15 de marzo de 2009
SEMANA DE LA POESÍA
Estos poemas están dedicados, especialmente, a mis alumn@s de primero de bachillerato, porque también a ell@s les ha llegado la hora de cuestionarse quiénes son.
He seleccionado al zamorano León Felipe (1884-1958), a nuestro Nobel de Literatura, Juan Ramón Jiménez (1881-1958), y al asturiano Ángel González (1925-2008) para que nos hablen de sí mismos.
EL CRISTO…ES EL HOMBRE
Ni el rico
ni el pobre importan nada…
Ni el proletario
ni el diplomático
ni el industrial
ni el arzobispo
ni el comerciante
ni el soldado
ni el artista
ni el poeta en su sentido ordinario y doméstico importan
nada.
Nuestro oficio no es nuestro Destino
“No hay otro oficio ni empleo que aquel que enseña al
hombre a ser un Hombre”.
El Hombre es lo que importa.
El Hombre ahí,
desnudo bajo la noche y frente al misterio,
con su tragedia a cuestas,
con su verdadera tragedia,
con su única tragedia…
la que surge, la que se alza cuando preguntamos, cuando
gritamos en el viento.
¿Quién soy yo?
Y el viento no responde… Y no responde nadie.
¿Quién es el Hombre?... […]
Soy este
que va a mi lado sin yo verlo;
que, a veces, voy a ver,
y que, a veces, olvido.
El que calla, sereno, cuando hablo,
el que perdona, dulce, cuando odio,
el que pasea por donde no estoy,
el que quedará en pie cuando yo muera.
Juan Ramón Jiménez
.
YO MISMO
YO MISMO
me encontré frente a mí en una encrucijada.
Vi en mi rostro
una obstinada expresión, y dureza
en los ojos, como
un hombre decidido a cualquier cosa.
El camino era estrecho, y me dije:
“Apártate, déjame
paso,
pues tengo que llegar hasta tal sitio”.
Pero yo no era fuerte y mi enemigo
me cayó encima con todo el peso de mi carne,
y quedé derrotado en la cuneta.
Sucedió de tal modo, y nunca pude
llegar a aquel lugar, y desde entonces
mi cuerpo marcha solo, equivocándose,
torciendo los designios que yo trazo.
Ángel González