SUSPIRO
¡Mi alma,
hacia tu frente donde sueña hermana tranquila!
un otoño alfombrado
de rojez,
y hacia el
errante cielo de tu angélica mirada,
sube, como
en un jardín melancólico
un blanco
surtidor, fiel, suspira hacia el azul;
hacia el
azul enternecido de octubre pálido y puro,
que mira en
los grandes estanques su languidez infinita
y, sobre el
agua muerta, en que la leonada agonía
de las hojas
yerra al viento y vacía un frío surco,
deja
arrastrar el amarillo sol de un largo rayo.
Stéphane Mallarmé
Traducción
de Juan Ramón Jiménez
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