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miércoles, 26 de octubre de 2011

EL TABACO


Encontramos un hombre en una canoa que se dirigía de Santa María a Fernandia. Llevaba algunas hojas secas que son muy apreciadas por ellos, algunas de las cuales me fueron traídas a San Salvador”.

(Diario de Cristóbal Colón, 15 de Octubre de 1492)

Hablar de tabaco y, por tanto, de cigarro puro, es hablar de historia. Cuando Cristóbal Colón descubrió el nuevo mundo, observó que los nativos de aquellas tierras fumaban las hojas de unas hierbas o bien enrolladas, o bien usando una especie de caña o tubo llamado “tobago”. De este término deriva el epíteto de su nombre científico: Nicotiana tabacum. Esta planta de la familia de las solanáceas, como el tomate y la patata, fue traída y cultivada en España en el s. XVI.

La introducción del consumo de tabaco en España y en Europa fue lenta. En sus inicios, el hecho de encontrar a una persona exhalando humo podía ser motivo suficiente para ser denunciado al Santo Oficio por brujería y ser juzgado por el tribunal de la Inquisición. Posteriormente, el consumo de tabaco fue aceptado poco a poco, y hasta llegó a estar bien visto, sobre todo entre la clase alta de la sociedad, ya que era un artículo de lujo. Se consiguió establecer grandes plantaciones y se crearon importantes fábricas cigarreras en el s. XVII y XVIII. Paulatinamente, el consumo se fue extendiendo a toda la población. Hasta principios del s. XX fue una costumbre típicamente masculina, pero en los años sucesivos la mujer aumentó el consumo, muchas veces con la finalidad de alcanzar la igualdad con el género masculino.

Hoy en día, los cigarros que se consumen distan mucho de esas hojas de tabaco enrolladas que se fumaban antaño. El tabaco natural contiene un alcaloide denominado nicotina responsable de la adicción que produce su consumo. Pero el tabaco actual está adulterado con infinidad de aditivos (hasta 599 reconocen las tabacaleras estadounidenses) para controlar su aroma, sabor, su conservación, para potenciar su adicción,… se les añade desde pólvora para acelerar su combustión, a broncodilatadores para aumentar la inhalación, pasando por inhibidores enzimáticos de la enzima que degrada la nicotina, para que de esta manera la nicotina permanezca más tiempo en la sangre y así aumente su adicción,… Estos compuestos químicos son responsables de las graves consecuencias que tiene el consumo prolongado de tabaco a largo plazo.

En España mueren unas 56.000 personas por el tabaco, según Sanidad, mientras que 4.000 mueren por accidentes de tráfico. Perjudica a todos los órganos del cuerpo y ha sido definitivamente vinculado con la leucemia, cataratas, neumonía, un tercio de las muertes relacionadas con cualquier tipo de cáncer, bronquitis crónica, enfisema, asma, el 90% de las muertes por obstrucción pulmonar, enfermedades del corazón, incluyendo ataques al corazón, apoplejía, enfermedades cardiovasculares, aneurisma,...

Curiosamente, aunque el tabaquismo está relacionado, directa o indirectamente, con infinidad de enfermedades, se puede decir que previene el cáncer de endometrio, es decir, de la mucosa que recubre el interior del útero, ya que su consumo controla la producción de estrógenos. Este efecto protector no parece existir en el caso de las mujeres premenopáusicas, en las que algunos han descrito un aumento del riesgo.

Está claro que Colón nunca sabrá la repercusión de esas plantas que trajo en uno de sus viajes, pero lo que debemos esperar todos es que poco a poco su consumo se vaya reduciendo y la sociedad consiga vencer esta costumbre tan arraigada. Entonces, será como si el tabaco nunca hubiera cruzado a la otra orilla.

Juan Mesonero Gómez

miércoles, 8 de junio de 2011

¿REPRODUCCIÓN O SEXUALIDAD ANIMAL? ¿HETEROSEXUALIDAD U HOMSEXUALIDAD??


¿REPRODUCCIÓN O SEXUALIDAD ANIMAL? ¿HETEROSEXUALIDAD U HOMOSEXUALIDAD?




Desde el punto de vista de la Biología, la reproducción es el proceso biológico mediante el cual se generan nuevos organismos, mientras que la sexualidad es el conjunto de fenómenos emocionales, de conducta y de prácticas asociados a la búsqueda del placer sexual.

El complejo mundo animal no deja de sorprendernos cada día. Durante años se negó la sexualidad animal, entendiendo que los animales tan sólo tenían encuentros sexuales para procrear y así perpetuar su especie. Tras años de observación, hoy en día sabemos que, en muchas especies, sí existe dicha sexualidad animal con fines placenteros, y que además es un mecanismo de socialización y de resolución de conflictos.

Aparte de los encuentros heterosexuales, se ha comprobado que las conductas homosexuales y bisexuales son frecuentes en el mundo animal. El biólogo Bruce Bagemihl las ha descrito en más de 500 especies, incluso conductas pansexuales, es decir, que intercalan un tipo u otro de contacto al libre albedrio, como ocurre en los bonobos. En estos primates, la sexualidad supone un eslabón básico en su sociedad, hasta tal punto que para que una hembra joven sea aceptada en un nuevo grupo debe mantener relaciones con la matriarca.

En algunos animales el comportamiento homosexual no es usual, aunque pueden darse casos de relaciones sexuales con el mismo sexo durante sólo una parte de su vida, mientras que en otros animales, tales como el chimpancé enano (Pan paniscus), la homosexualidad se practica a lo largo de toda su vida.

Petter Boeckman, zoólogo y académico de la Universidad de Oslo, afirma que la homosexualidad es algo totalmente natural, común y esencial para numerosas especies. Según él hay casos descritos en más de 1500 especies, desde mamíferos a cangrejos y gusanos. En sus estudios reveló, por poner un ejemplo, que 9 de cada 10 encuentros sexuales completos entre las jirafas (Giraffa camelopardalis) se llevan a cabo entre dos machos.

Por mencionar otros casos, los leones (Panthera leo) suelen unirse con sus hermanos para dirigir la camada. Una forma de asegurar lealtad entre los machos y de reforzar sus lazos es mediante relaciones sexuales entre sí.

La homosexualidad es también bastante común entre los delfines y las orcas. En algunas especies, como en el delfín mular (Tursiops truncatus), los apareamientos entre machos y hembras son efímeros, mientras que son muy frecuentes entre machos, formando parejas que pueden permanecer juntas durante años.
En las aves también encontramos infinidad de ejemplos. Un caso curioso es el de los cisnes negros (Cygnus atratus). Un 25% de las parejas son homosexuales y se ha observado que en ocasiones roban huevos o forman tríos temporales con hembras para conseguirlos, expulsando después a la hembra. Las crías de este tipo de parejas tienen una mayor probabilidad de llegar a la edad adulta ya que dos cisnes macho tienen más facilidad para proteger un mayor territorio.

También existen relaciones lésbicas entre muchas especies de aves, por ejemplo el 80% de las parejas de algunas poblaciones de gaviotas occidentales son lésbicas. Las gaviotas de cabeza negra (Larus melanocephalus) forman parejas durante toda su vida y tan sólo tienen contactos con machos con fines reproductivos.

Se podrían enumerar infinidad de casos, como el bisonte americano, la hiena moteada, macacos, ovejas, lagartijas, chinches, polillas,… pero con estas líneas nos hacemos una mejor idea del mundo que nos rodea, de su complejidad y de su libertad. Ahora nos podríamos plantear la siguiente pregunta: “¿La homosexualidad es algo antinatural?”

Juan Mesonero Gómez