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jueves, 8 de enero de 2009

Latinismos





Hace unos días y con el título de "Ay Señor, Señor" comenté un artículo de López Quintás sobre el mal uso que se hace muchas veces de los latinismos en nuestra vida diaria. Es cierto que son frases y expresiones cultas extraídas del latín e incorporadas a nuestro idioma, pero de una forma tan perfecta, que todos las utilizamos en mayor o menor medida y, a veces, sin darnos cuenta. Por ejemplo tenemos déficit, agenda, a priori, in fraganti, viceversa, alias, a.m./p.m., in vitro, campus, referendum...





Al escribirlos, hay que colocar sobre ellos las tildes reglamentarias pues ya forman parte de nuestro idioma e, incluso, al pronunciarlos, podemos adaptarlos a nuestra fonética en cuanto al sonido de algunos fonemas, pero no debemos crear "palabros" o "engendros"que no existieron nunca.


Así ¿por qué se oyen y se escriben cosas tan nefandas como currículums (con -s), in media res (en vez de in medias res), a grosso modo (con a), de motu propio (con de), contra natura (sin la -m), urbi et orbe (cambiando la -i de orbi por -e), manu militare (con el mismo error) o mutatis mutandi (sin-s), etc?

Cuando uno se encuentra con estos "engendros" pide al cielo que ese periodista o político o lo que sea, si no estudia latín, lo olvide del todo y no lo utilice para dar un barniz culto a su discurso pues lo que está haciendo es meter la pata hasta el fondo.



Tras explicar todo esto a mis alumnas de Latín de 4ºA, hicieron unos murales muy chulos rotulando sobre cartulinas los latinismos y las expresiones o frases latinas más célebres y elaborando un collage con recortes de prensa.



domingo, 30 de noviembre de 2008

La desgracia de no saber latín

¡Ay, Señor, Señor!


El otro día leí en un blog de latín un artículo de Alfonso López Quintás, catedrático emérito de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid, titulado "La desgracia de no saber latín".

Me encantó y me divirtió tanto que aquí paso a reproducirlo en parte:

"En la vida hay desgracias tan altas como palmeras o tan espinosas como cactus. Pero existen otras silenciosas porque son carencia raíz.
Hace algún tiempo, acudí en Madrid a las oficinas de la sociedad médica SANITAS y, al decir que pertenecía a Sánitas -acentuando naturalmente la primera a-, la gentil señorita de la ventanilla acercó amablemente su carita hacia mí, para hablarme bajo y evitar que me sonrojara ante el público, y me indicó en tono maternal: "Sanítas, señor, se dice sanítas", y acentuaba la í con la firmeza de quien está diciendo algo obvio. No pude evitar el sonreírme y ella quiso saber la causa de mi extraña reacción. "Me hace gracia, le indiqué, que me haya matado durante media vida para aprender latín y ahora no sepa decir correctamente el nombre de algo tan elemental como salud".
Cuando uno oye y lee a brillantes periodistas y a sesudos varones de la política y la ciencia decir y escribir, por ejemplo, contra natura -sin la m final-, urbi et orbe -cambiando la i final por una e-, manu militare -insistiendo en el mismo error-, mutatis mutandi -comiéndose la s final-…, uno se sonroja y pide al cielo que, si no se estudia latín, se le olvide al menos del todo, y no se lo utilice para darle a los escritos o discursos un realce que de hecho viene a convertirse en un auténtico precipicio por el que se despeña el prestigio del que comete tales desafueros."

lunes, 10 de noviembre de 2008

¿Para qué sirve leer?


Ante la pregunta “¿Para qué sirve leer?”, algunas alumnas hacen pequeñas reflexiones sobre la lectura.

Cada persona piensa que leer sirve para cosas distintas. Pero, en realidad, ¿para qué sirve leer? Pienso que, generalmente, leer no es algo imprescindible, aunque sí lo es saber leer. Hay personas que leen por diversión, por entretenimiento, otras para tener más conocimientos o porque dicen que estimula la mente y que ayuda a mejorar la ortografía y el vocabulario. Para otras es, simplemente, una forma de disfrutar.

Creo que leer, de alguna forma, puede ayudar a expresarte mejor a la hora de mantener una conversación y para usar las palabras adecuadas al escribir. Pero no tengo muy claro para qué sirve. Lo único que importa es que cada persona lee para obtener la finalidad que desea.

Sara Armenteros, 4º A
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¿Para qué sirve leer?



En mi opinión, la lectura es una buena forma de aprender palabras que no conoces y de mejorar la ortografía; pero además, puedes conocer otras culturas o acercarte a sensaciones que no has vivido. Con la lectura puedes imaginar cosas que en la vida real no te pasan.

Por otra parte, hay mucha gente a la que no le gusta leer, y no me parece justo que se les obligue. Es como si se obligara a alguien a quien no le gusta la televisión a estar viéndola. Aunque ese no es mi caso: a mí me gusta la lectura, sobre todo porque puedo imaginar situaciones que no me han pasado y que, probablemente, nunca me pasarán.

Bárbara Sánchez, 4º A

¿Para qué sirve leer?




Para muchas personas leer no sirve para nada, aunque yo creo que sí tiene una utilidad: sirve para comprender el sentido de la vida, para disfrutar, para abrir nuestras mentes, para despertar nuestra imaginación y nuestra creatividad, nos hace más sensibles… La literatura nos hace “vivir” cosas que nunca conoceremos en la vida real.



Por otra parte, con los libros nos ponemos en contacto con otras culturas y con otras ideas diferentes a las nuestras, pero no por ello menos interesantes.

Wiktoria Madej, 4º A