Después de mayo, el revolucionario mayo, el mes de junio nos parece descafeinado. Los exámenes, las obligaciones, los suspensos, el fin de curso. El calor... Ya no es lo mismo. Pocas películas encontramos de interés.
Hay una española del año 1960 de un argentino llamado
Demichelli. Puede que la hayan echado por televisión. El tema: la noche de San Juan que invita a hacer locuras... hasta un límite. Una comedieta de la época...
Hablando de San Juan. El sueño de una noche de verano de Schakespeare ha sido adaptado muchas veces al cine con la sempiterna música de Mendelssohn. Hay una adaptación del año 1999 de Michael Hoffmann. Es aceptable, pero el reparto está muy descompensado y el conjunto flaquea.
Más antigua y más encantadora es la versión de
William Dieterle y
Max Reinhardt. Es una pequeña delicia en el que encontramos humor y fantasía.
Un acontecimiento que ha dado mucho jugo es el desembarco de Normandía, el 6 de junio de 1944. Y muchas películas, sobre todo americanas, han mostrado el acontecimiento desde diferentes puntos de vista.
Del año 1956 es una de Henry Foster. Puro patriotismo.
Por supuesto, El día más largo de 1962. Dedicas toda la película a buscar a las estrellas que van a ir apareciendo en el metraje. Aquí se pueden ver algunas de ellas.
Un gran espectáculo, sin duda, que intenta ofrecer todos los puntos de vista posibles. Hollywood en estado puro. Palomitas y a disfrutar.
Salvar al soldado Ryan es la típica película de
Spielberg. Que sí, que es un buen director, -reconozco sus virtudes, que las tiene- pero a veces te hartas de sus muchos defectos, entre ellos, una cargante sensiblería. Para quien la soporte, aquí tiene la película completa.
Voy a mencionar dos películas que, aunque no aparece Normandía en ellas, sí tratan de la segunda guerra mundial desde otro punto de vista, mucho más crítico, más reflexivo, más ambiguo.
El primero es la de
Clint Eastwood. Uno de los grandes. Digno heredero de
John Ford. En Banderas de nuestros padres se pregunta si la mentira o las medias verdades son validas en una guerra. La famosa fotografía de Iwo Jima sólo es una excusa para profundizar en las contradicciones humanas de sus personajes.
La cruz de Hierro de
Sam Peckinpah es también muy interesante. Es cierto, es en el frente ruso donde suceden los hechos, pero me viene muy bien para hablar de otro director que nos ofrece una visión de la guerra muy diferente. El punto de vista es el de unos soldados alemanes que están hartos de todos y de todo. Y la visión de Peckinpah -uno de los mejores en reflejar la violencia y sus consecuencias- es pesimista y, al contrario que Spielberg, nada sensiblera ni patriótica.
La guerra, diría Peckinpah, es una mierda y punto.
Hablemos de John Ford. Es un día caluroso de junio cuando Liberty Valance es asesinado por el hombre que mató a Liberty Valance. El final de la película es triste, melancólico; la verdad no interesa y no hace felices a los personajes, sino desgraciados.
Para terminar recordemos que las vacaciones están a punto de llegar. En 1969
Stanley Donen dirigió un guión maravilloso, uno de los mejores que conozco, de
Frederic Raphael. Sus protagonistas son
Audrey Hepburn y
Albert Finney. Es una película perfecta. Todo funciona a las mil maravillas. Cuenta la vida de un matrimonio a lo largo de diez años: sus comienzos, el enamoramiento inicial, sus crisis de pareja, sus discusiones, el egoísmo de ambos, sus momentos buenos, los malos... todo esto de modo original y divertido utilizando con mucha inteligencia como leitmotiv los viajes a Francia en coche -a veces de vacaciones; a veces por razones de trabajo- que lleva a cabo la pareja. Y los dos personajes son complejos y atractivos, contradictorios. Y te ríes y lloras con ellos. Y la música de Mancini acompañandolos...
Pues eso, que las vacaciones ya están aquí.
Hasta julio.
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