Pero la idea es anterior; un argentino diez años antes hizo un cortometraje, mucho mejor y mucho menos cursi. Nadie lo conoce; sólo algunos cinéfilos argentinos.
Hubiera sido un largometraje muy interesante si hubiera habido dinero para hacerlo. Pero el corto ya por sí mismo es muy bueno, mucho mejor que la versión americana.
Demos al César lo que es del César. Hay un cine que desconocemos y está ahí, porque falta alguien poderoso o no que lo difunda.
Santiago Martín Solera
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