Ayer publicábamos el taller de poesía que tomaba como base el poema "Biografía" de Guillermo Valencia, justo es, ya que hemos tomado prestado su poema, que hablemos un poco de él.
Nació en Popayán (Colombia) en 1873. Hombre culto, cultísimo, combinó la poética y la política. Puede que fuera mejor poeta que político, pero dicen que fue un gran orador. Como buen burgués criollo, viajó por Europa, y en París conoció a Rubén Darío, quien debió de convercerle de que la poesía era azul, y debió de aficionarlo al Parnasianismo, el Simbolismo y el Decadentismo; así que el colombiano se hizo seguidor de Baudelaire, Verlaine, Mallarmé, Wilde, D'Annunzio... Se hizo, por lo tanto, poeta modernista de hiperestésicos atardeceres.
Falleció en su pueblo natal en 1943.
Lo recordamos con un un poema:
HAY UN INSTANTE...
Hay un instante del crepúsculo
en que las cosas brillan más,
fugaz momento palpitante
de una morosa intensidad.
Se aterciopelan los ramajes,
pulen las torres su perfil,
burila un ave su silueta
sobre el plafondo de zafir.
Muda la tarde, se concentra
para el olvido de la luz,
y la penetra un don süave
de melancólica quietud,
como si el orbe recogiese
todo su bien y su beldad,
toda su fe, toda su gracia
contra la sombra que vendrá...
Mi ser florece en esa hora
de misterioso florecer;
llevo un crepúsculo en el alma,
de ensoñadora placidez;
en él revientan los renuevos
de la ilusión primaveral,
y en él me embriago con aromas
de algún jardín que hay ¡más allá!...
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