Alberto Recio nos ha enviado el primer texto de una serie que pretende acercar a los alumnos la astronomía de una forma amena, pero con rigor histórico y científico.
El autor nos advierte que el primer texto es un poco enigmático, pero que hay que tener paciencia porque más adelante las cosas se irán aclarando.
Estad atentos porque esta serie de escritos no tienen fecha fija de publicación.
Imagina que estás ahí, mirando el océano. Un relámpago en el cielo que no es cielo. Olas oscuras que a duras penas se levantan, y si lo hacen van avanzando muy muy despacio hasta tus pies, ni siquiera tienes pies.
No querrías tenerlos ahí, en ese océano de hidrógeno terriblemente denso y desapacible, bajo un manto de nubes tan espeso que la luz del sol no puede pasar, jamás, y jamás querrías verlo, porque si una ola de esas se echara sobre ti sería como... ¡el edificio de Torre Espacio desplomándose! Y luego ya te lo puedes figurar: una horrible sensación de aplastamiento pero a cámara lenta.
Suerte que no estás ahí y estás donde estás, disfrutando del sol, o la luna, y de la poesía. ¡Poesía! ¿Dónde quedó la Poesía? ¿Qué hiciste con ella? ¿Es tuya? ¿Es la Poesía del sol y de la luna?
Y si no lo es, te preguntas cómo sería la Poesía en este mundo espantosamente frío, tan frío que hasta el hidrógeno se hace líquido y se arrastra hacia ti bajo miles de relámpagos lejanos, muy lejanos, y quién sabe qué más, ¡y quién querría saberlo!
¿Sabes ya de qué mundo hablo? Si no es así, pronto te lo diré, pero olvídate de la Poesía y del sol y de la luna. Ya no existen.
Alberto Recio
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