martes, 8 de marzo de 2011

DÍA DE LA MUJER / La voz de la mujer en la Literatura

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No siempre ha sido resignación la actitud de la mujer. A lo largo de los siglos se ha alzado su voz contra su situación, pero casi nunca había nadie para registrarla. En la Literatura, a veces, aparece esta protesta en boca de las pocas escritoras que en el mundo han sido o de personajes femeninos ideados por mujeres o por hombres (Shakespeare, Cervantes y Galdós supieron recoger esa voz).

Vamos a mostrar aquí algunos ejemplos como contribución a la celebración del Día de la Mujer. Van en orden cronológico.

MARÍA DE ZAYAS (1590-1661)

"¿Por qué, vanos legisladores del mundo, atáis nuestras manos para la venganza, imposibilitando nuest
ras fuerzas con vuestras falsas opiniones, pues nos negáis letras y armas? ¿Nuestra alma no es la misma que la de los hombres? (...) Por tenernos sujetas desde que nacimos, vais enflaqueciendo nuestras fuerzas con temores de la honra, y el entendimiento con el recato de la vergüenza, dándonos por espadas ruecas, y por libros almohadillas".

"¿Qué razón hay para que no tengamos promptitud para los libros? Y más si todas tienen mi inclinación, que en viendo cualquiera nuevo o antiguo dexo la almohadilla y no sosiego hasta que le paso".

"Ah, flaqueza femenil de las mujeres acobardadas desde la infancia y aviltadas las fuerzas con enseñarles primero a hacer vainicas que a jugar las armas…"

"…Dejemos las galas y rosas, y volvamos por nosotras mismas, unas con el entendimiento y otras con las armas.», Tarde llega el desengaño".

SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ

REDONDILLAS

Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:

si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si la incitáis al mal?

Combatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.

Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco
el niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.
[…]
¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo,
y siente que no esté claro?
[…]
Siempre tan necios andáis
que, con desigual nivel,
a una culpáis por crüel
y a otra por fácil culpáis.
[…]
Pues ¿para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.

SHAKESPEARE

Mas creo que si pecan las mujeres
la culpa es de los maridos: o no cumplen
y llenan otras faldas de tesoros que son nuestros,
o les entran unos celos sin sentido
y nos tienen encerradas; o nos pegan,
o nos menguan el dinero por despecho.
Todo esto nos encona y, si nuestro es el perdón,
nuestra es la venganza. Sepan los maridos
que sus mujeres tienen sentidos como ellos;
que ven, huelen y tienen paladar
para lo dulce y lo agrio. ¿Qué hacen
cuando nos dejan por otras? ¿Gozar?
Creo que sí. ¿Pecan por flaqueza?
Creo que también. Y nosotras, ¿no tenemos
deseos, ganas de gozar y flaquezas como ellos?
Pues que aprendan a tratarnos o, si no, que sepan
que todo nuestro mal es el mal de nos enseñan.

Otelo: el moro de Venecia
DEPARTAMENTO DE LENGUA Y LITERATURA
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