lunes, 1 de noviembre de 2010

HALLOWEEN 2010 / HISTORIAS DE MIEDO III

LA LEYENDA DEL GATO MUERTO


La semana pasada un inquietante hecho nos sorprendió al entrar al instituto. Se barajan muy diferentes posibilidades, pero sólo nuestra imaginación tiene la clave. Los alumnos de 2º de la ESO se han puesto manos a la obra y por parejas han creado un relato en que explican qué le pasó al gato y que termina con esta oración:
“Y cuando a la mañana siguiente llegaron al instituto, el gato estaba en medio del patio.” Esperamos que lo paséis tan bien leyéndolas, como nosotros escribiéndolas.


Dicen que ver un gato muerto da mala suerte, pero en este caso ocurrió algo peor.

Justiniano era el dueño de un gato negro que hacía ya mucho tiempo había querido matar porque le tenía ya harto. Cuando el gato era pequeño pasaba siempre por casa de Justiniano para que le diese las sobras de la comida, por ejemplo, las raspas del pescado, huesos de pollo o leche. Justiniano, después de un tiempo, acabó cogiéndole mucho cariño y le acogió en su dulce hogar. Tuvieron año y medio de buena relación pero el gato negro después de un tiempo no hacía más que cagarse por todos lados, dormir, comer, soltar pelos, arañar las paredes, tirar los adornos, vomitar, etc. Un día el gato subió al tejado y sin querer movió la antena de la tele dejando sin señal al pobre Justiniano. Desesperado, tuvo que subir a ver qué pasaba y entonces, el hombre de 50 años cayó desde la segunda planta fracturándose la mano, el fémur y el tobillo. Justiniano pasó un mes en coma y otro mes después se recuperó y volvió a su casa. Justiniano decidió matar al gato que tantos problemas le había dado, pero la matanza no iba a ser en su casa, sino en el instituto El Olivo de Parla. Allí lo llevó, lo degolló cortándole la cabeza en medio de la noche para que nadie le viera. Pero el dueño no sabía la mala suerte que le perseguía. Justiniano no podía dormir en paz, porque toda la noche el gato trastornaba a su antiguo dueño, que no paraba de escuchar sus maullidos. Tan grave fue el trastorno mental de Justiniano que cogió el cuchillo y se lo clavó en el corazón. Y cuando a la mañana siguiente llegaron al instituto, el gato estaba degollado en medio del patio.

DAVID Y JOHAN 2º B

El otro día mi abuela me contó que se había enterado de un cotilleo que pasó en el instituto El Olivo. Resulta que cada cinco años aparecía un gato muerto en el patio, justo unos días antes de la fiesta de Halloween. Aquel suceso era muy raro, pero ya estaban acostumbrados. Se lo conté a mi amiga Sagrario y nos pusimos a investigar. Empezamos preguntándoles a los profesores más antiguos. Pero cuando les hablábamos del tema, se ponían nerviosos y no nos decía nada. Después de mucho preguntar, nos enteramos que ese gato era del director. Aquel gato se había muerto hacía mucho tiempo y decían que cada cinco años aparecía para incordiar a su antiguo dueño. Ya han pasado cinco años de la última vez, y esperamos ansiosas que llegue el momento. Y cuando a la mañana siguiente, llegaron al instituto, el gato estaba en medio del patio confirmando la leyenda.

LIANA Y SAGRARIO 2º B


Era una tarde tranquila y reluciente, el sol estaba en lo más alto y la luz reinaba en el ambiente. Un gato paseaba de tejado en tejado, mientras que la noche se acercaba. Entonces, ocurrió un eclipse y el sol y la luna se confrontaron. Al gato le deslumbró un haz de luz y cayó en unos cubos de basura de un instituto llamado El Olivo. Al salir de los contenedores vio a un hombre rezando sus oraciones, frente a una copa llena de sangre. El hombre vio al gato, se acercó a él, le atrapó ¡le arrancó la cabeza! y llenó aún más la copa de sangre. El pobre gato no pudo ni reaccionar y así murió. El hombre no tenía suficiente sangre, así que desapareció en la oscura noche. El cadáver del gato quedó allí tirado, junto a los contenedores. A la mañana siguiente, Adrián y Ricardo encontraron al gato muerto y le pisotearon. Después se dieron a la fuga como cómplices de su asesinato. Y cuando esa mañana llegaron los demás alumnos al instituto, el gato estaba vivo y de una pieza en medio del patio. Se dice que a veces se ve al hombre las noches de Halloween buscando sangre para invocar al diablo.

ADRIÁN Y RICARDO 2º B


Una semana antes de Halloween, un grupo de amigos del instituto El Olivo se encontraron un libro muy gordo y con tapas de color vino. En la portada salía un ser muy extraño y un gato negro. Los chicos extrañados cogieron el libro, uno se lo llevó a su casa y esa misma noche, cuando todos se habían acostado, se atrevió a abrirlo. Lo que vio fueron muchísimas fotos de gente que había muerto. En una de esas fotos salía un gato acariciado por un ser monstruoso. Aquel chico descifró las siglas que aparecían en la primera página, que ponían “No leas esta frase en alto o las consecuencias serán terribles”. Aquel chico pensaba que era una tontería, así que lo leyó en alto… El libro cayó al suelo y el chico quedó endemoniado. A la mañana siguiente sus amigos lo encontraron sentado en el suelo del patio de su casa, dibujando cosas muy extrañas y sangrientas, como personas suicidándose y cosas parecidas. El chico endemoniado anunció que cosas muy malas iban a suceder. Sus amigos se echaron a reír. Al día siguiente era Halloween y el chico poseído invocó a su gato. Apareció un gato negro como el azabache con los ojos rojos. El gato salió corriendo hacia el cementerio y cuando volvió traía un sombrero en su boca. El chico se lo puso y dijo las siguientes palabras “Yo, el aprendiz de Satanás, empiezo la caza de sangre fresca”. El gato, asustado, empezó a maullar y salió corriendo. El pequeño Satanás, fue a casa de sus amigos para matarles pero al salir corriendo sin mirar le atropelló un camión. A la mañana siguiente, cuando los amigos llegaron al instituto, el gato estaba en medio del patio atropellado.

ISAAC Y BRYAN 2º B

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1 comentario:

al3xandra 2B dijo...

jajaja esque 2B tiene mucha imaginacion XD me gustan mucho las historias seguir asi!!