LUNES 1 DE NOVIEMBRE: DÍA MUNDIAL DE LA ECOLOGÍA
Puede que penséis que hoy sólo se celebra el Día de Todos los Santos, pero estáis muy equivocados, ya que hoy también se celebra un día con sentimiento ecológico. Se trata del Día Mundial de la Ecología, y hoy rendimos homenaje a esta corriente, que no hace mucho empezó a conquistar a millones de personas. Es necesario que se extienda cada vez más el respeto hacia el medio ambiente.
Las necesidades y deseos de una población mundial en expansión han requerido un control ambiental intensivo. De hecho, la intervención del hombre ha creado ambientes completamente nuevos. Los ecosistemas “humanos” son áreas controladas intensamente, especialmente las ciudades, que resguardan a los humanos de los rigores del mundo externo hasta tal punto que algunas personas olvidan que estas áreas dependen para su mantenimiento de fuentes de energías externas, de los diferentes ciclos y de las complicadas interrelaciones con los ecosistemas naturales.
Desde la Revolución Industrial, el hombre ha incrementado intensamente su control sobre la superficie terrestre del mundo. Actualmente se estima que aproximadamente el 11% de la superficie terrestre del planeta está bajo control intenso, el 30% bajo control moderado, y el 59% ha sido empleado poco por las sociedades humanas. El hombre controla los ecosistemas para obtener altos rendimientos agrícolas. Los problemas ambientales son generalmente cambios adversos para el ecosistema atribuibles a las acciones del hombre. La población humana, es por lo tanto, la causa principal de la mayor parte de los problemas ambientales. Sin embargo, un segundo factor que debe ser considerado es la cantidad de recursos demandados por cada persona. Aunque los países con menor nivel de vida tienen el mayor índice de crecimiento de la población, esa gente no puede usar tanta energía eléctrica, producir tantos desechos y mucho menos usar coches o aire acondicionado.
Los países ricos pueden tener índices de nacimientos bajos, pero tienen las mayores demandas de recursos per cápita. Los Estados Unidos y Canadá tienen la mayor demanda de recursos; y en unidades estándar esto significa que un norteamericano promedio usa dos veces más recursos que un inglés o un alemán y aproximadamente 400 veces más recursos que un ciudadano de Ruanda o Etiopía. El nacimiento de un nuevo niño en los Estados Unidos constituye una carga proporcionalmente mayor para el ambiente, que un niño nuevo en cualquier otra parte del mundo. Aunque los países desarrollados son autosuficientes en algunos recursos, completan su consumo importando productos como energía, materias primas y alimentos, entre otros.
Así, aunque las consecuencias de la degradación ambiental sean más evidentes en los países no desarrollados (deforestación, desertificación y contaminación), la causa de la mayor parte del daño a los ecosistemas es el apetito consumista de los países desarrollados. Un modelo de desarrollo auto sostenible puede ser alcanzado sólo si las naciones desarrolladas se someten a reducir su consumo, lo cual significa un cambio en los estilos de vida de muchos de nosotros. Una de las características más importantes del hombre es su capacidad para modificar y controlar los ecosistemas. El camino para que la civilización encuentre el equilibrio vital entre el hombre y los ecosistemas naturales depende del uso inteligente del talento racional del hombre para realizar una planificación del uso presente y futuro de la naturaleza.
Así, aunque las consecuencias de la degradación ambiental sean más evidentes en los países no desarrollados (deforestación, desertificación y contaminación), la causa de la mayor parte del daño a los ecosistemas es el apetito consumista de los países desarrollados. Un modelo de desarrollo auto sostenible puede ser alcanzado sólo si las naciones desarrolladas se someten a reducir su consumo, lo cual significa un cambio en los estilos de vida de muchos de nosotros. Una de las características más importantes del hombre es su capacidad para modificar y controlar los ecosistemas. El camino para que la civilización encuentre el equilibrio vital entre el hombre y los ecosistemas naturales depende del uso inteligente del talento racional del hombre para realizar una planificación del uso presente y futuro de la naturaleza.
Hoy sólo espero haceros pensar, ya que no somos los únicos en este planeta, y lo que consumamos nosotros lo consumen muchísimas más personas. Dejemos de lado la burbuja en la que creemos vivir, y empecemos a preocuparnos por nuestra casa, porque si no, será demasiado tarde, y no habrá vuelta atrás.
Pepe Gómez
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