miércoles, 6 de enero de 2010

EFEMÉRIDES

RUDOLF NURÉYEV

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Tal día como hoy, en 1993, fallecía en París el gran bailarín Rudolf Nuréyev, a quien muchos consideran como el mejor bailarín del siglo XX.

Rudolf (pronunciado Rudólf) Xämät uli Nuriev nació en Irkutsk, en la Siberia rusa, el 17 de marzo de 1938, mientras su madre se encontraba de camino a Vladivostok, donde estaba destinado su padre.

Desde niño sintió gran afición por el baile, pero, a causa de la Segunda Guerra Mundial y de sus consecuencias, sólo pudo ingresar en una escuela de ballet en 1955. Tenía, por lo tanto 17 años, edad tardía para comenzar los estudios de danza. A pesar de todo, destacó muy pronto y dos años después ya era uno de los bailarines rusos más admirados en su país, lo que le permitió gozar del privilegio de viajar al extranjero para actuar en los principales teatros europeos. Su comportamiento en una de esas giras, concretamente en Viena, hizo que se le prohibiera volver a salir de Rusia: tuvo que limitarse a realizar giras por los territorios de la Unión Soviética.

Sin embargo, en 1961 tuvo un golpe de suerte: el principal bailarín del ballet de Kirov sufrió un accidente y Nuréyev fue elegido para sustituirlo en París. Su actuación en la capital francesa fue un éxito de crítica y público, y él volvió a dar muestras de un comportamiento caprichoso, amante del lujo y los excesos. Sabía que si retornaba a la Unión Soviética no le dejarían volver a salir, así que el día de su partida no se presentó en el aeropuerto parisino. Nunca más volvió a su país.

A partir de entonces se sucedieron los triunfos. Bailó con los mejores ballets del mundo y en los mejores teatros. Conoció a Margot Fonteyn, quien se convirtió en su compañera artística durante quince años y en una entrañable amiga hasta el final de su vida.

Tenía un carácter complicado. Muchos lo achacan a su categoría de genio, pero, en realidad, era un hombre bastante desequilibridado: caprichoso, excesivo en los amores y en los odios, capaz de hacer sufrir a aquellos que lo amaban, tirano con los que trabajaban para o con él... Se grangeó grandes odios al mismo tiempo que la admiración artística.

En los años ochenta contrajo el SIDA, pero no fue capaz de aceptar la enfermedad, llegando, incluso, a negarse a recibir tratamiento. Ya muy enfermo, se atrevió a aparecer en público y a afrontar la enfermedad con cierta dignidad. En 1992, en el Palais Garnier de París, visiblemente desmejorado, recibió de manos del Ministro de Cultura francés el nombramiento de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras. Pocos meses después fallecía en un frío París invernal.

Todas sus pertenencias fueron subastadas -según él había dejado dicho-, y los beneficios se dedicaron a la investigación sobre el SIDA y a apoyar el ballet. Su enorme piso a orillas del Sena quedó vacío. También el mundo de la danza.

Aquí os dejamos dos vídeos en los que aparece Nureyev en sus mejores momentos. Fijaos en la fuerza que tiene su baile y en la precisión de sus movimientos. Es nuestro regalo para esta tarde de Reyes en la que estaréis ahítos de tanto exceso gastronómico y sentimental y en la que, quizás, ya os habréis cansado de jugar con el juguete nuevo que habéis encontrado esta mañana junto a vuestros zapatos.





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