Hoy tendremos nuestro claustro de final de curso, haremos balance del año y nos despediremos hasta septiembre. Muchos de nuestros compañeros no estarán con nosotros, se irán a otros institutos. Desde aquí les deseamos lo mejor y les rogamos que no se olviden -del todo- de El Olivo de Parla, que nos manden noticias de sus aventuras cotidianas, que sigan visitando este blog que seguirá siendo el suyo.
Como despedida, les dedicamos este bello poema de Gerardo Diego (profesor de instituto), escrito como despedida de sus amigos cuando fue trasladado a otro centro y a otra ciudad. Él daba clases de Lengua y Literatura, y eso se refleja en el poema, pero puede servir para cualquier materia: cambiad a Dante por Darwin, los hemistiquios por las células o los polinomios, el pluscuamperfecto por la Segunda Guerra Mundial o los circuitos eléctricos... Todo eso no es más que lo anecdótico; la esencia es otra.
BRINDIS
A mis amigos de Santander
que festejaron mi nombramiento profesional.
Debiera ahora deciros: —«Amigos,
muchas gracias», y sentarme, pero sin ripios.
Permitidme que os lo diga en tono lírico,
en verso, sí, pero libre y de capricho.
Amigos:
dentro de unos días me veré rodeado de chicos,
de chicos torpes y listos,
y dóciles y ariscos,
a muchas leguas de este Santander mío,
en un pueblo antiguo,
tranquilo
y frío,
y les hablaré de versos y de hemistiquios,
y del Dante, y de Shakespeare, y de Moratín (hijo),
y de pluscuamperfectos y de participios,
y el uno bostezará y el otro me hará un guiño.
Y otro, seguramente el más listo,
me pondrá un alias definitivo.
Y así pasarán cursos monótonos y prolijos.
Pero un día tendré un discípulo,
un verdadero discípulo,
y moldearé su alma de niño
y le haré hacerse nuevo y distinto,
distinto de mí y de todos: él mismo.
Y me guardará respeto y cariño.
Y ahora os digo:
amigos,
brindemos por ese niño,
por ese predilecto discípulo,
por que mis dedos rígidos
acierten a moldear su espíritu,
y mi llama lírica prenda en su corazón virgíneo,
y por que siga su camino
intacto y limpio,
y por que este mi discípulo,
que inmortalice mi nombre y mi apellido,
... sea el hijo,
el hijo
de uno de vosotros, amigos.
Gerardo Diego
A los que os quedáis, os transmitimos la alegría de que así sea.
A TODOS OS DESEAMOS UNAS FELICÍSIMAS VACACIONES Y UN MUY MERECIDO DESCANSO.
¡HASTA SEPTIEMBRE!
(AVISO: EL BLOG NO CIERRA HASTA AGOSTO)
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