El 2 de mayo es la fiesta
de la Comunidad de Madrid porque se celebra el levantamiento del pueblo
madrileño contra los franceses. Hagamos, pues, un poco de historia.
El mes de abril de 1808 fue movidito para la monarquía española.
Napoleón había convocado en Bayona a Fernando VII y a su padre –Carlos
IV-, al que había obligado a abdicar sólo un mes antes. Allí se produjo
“el baile de las coronas”: Napoleón obligó a Fernando VII a devolver el
poder a Carlos IV, y a éste a abdicar para nombrar rey de España a José
Bonaparte, hermano del emperador. A partir de ese momento, el pueblo
español empezó a ver con desconfianza a las tropas francesas, que habían
asentado sus reales en la Península desde enero de ese mismo año. La
verdad es que no estuvieron muy espabilados.
Al
mando de las tropas estaba el general Murat, a quien los madrileños
demostraron su antipatía abucheándolo el primero de mayo en la Puerta
del Sol. Se corre la voz de que la familia real va a ser trasladada
Bayona -lo que es cierto- y el 2 de mayo los madrileños empiezan a
concentrarse ante el Palacio Real dispuestos a impedirlo. Los soldados
franceses disparan contra los sublevados y comienza una dura batalla.
Las capitanes Daoíz y Velarde mueren en la defensa del parque de
artillería de Monteleón, y el ejército francés se enfrenta en la Puerta
del Sol a la población desarmada. A la dureza de los combates se unió
la represión posterior. De todo eso dio buena cuenta Goya en sus obras La carga de los mamelucos y Los fusilamientos del 3 de mayo.
Esas obras ya han aparecido otros años en este blog para celebrar
este día, así que hoy vamos a cambiar de estilo y de pintor.
Hoy os ofrecemos la obra del pintor Manuel Castellano La muerte de Daoíz y Velarde en la defensa del cuartel de Monteleón.
Manuel Castellano (1826-1880) fue un pintor del Romanticismo español
–fruta tardía en todo- y, como buen romántico, cultivó la pintura de
historia y costumbrista. Tuvo éxito en su tiempo, y fue un hombre
curioso y amante del coleccionismo. Atesoró grabados y estampas y
realizó una de las primeras colecciones fotográficas: unas 20.000
fotografías, fundamentalmente retratos y paisajes, que abarcan desde
1853 a 1880. Parte de esta colección fue donada por el pintor a la
Biblioteca Nacional antes de su muerte; el resto, junto con su amplia
colección de grabados fueron comprados también por la Biblioteca a su
sobrino y heredero.
Aquí tenéis algunas de las curiosas fotografías de la colección de Manuel Castellano que se conservan en la Biblioteca Nacional.
Ya ves, nos hemos intentdo poner patriotas, pero nos hemos desviado hacia la fotografía y el coleccionismo.
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