Narciso siempre parecía estar ensimismado en sus propios pensamientos y daba largos paseos sumido en sus cavilaciones y uno de esos paseos le llevó a las inmediaciones de la cueva donde Eco moraba. La ninfa le miró embelesada y quedó prendada de él, pero no reunió el valor suficiente para acercarse. Narciso encontró agradable la ruta que había seguido ese día y la repitió muchas veces más. Eco le esperaba y le seguía en su paseo, siempre a distancia, temerosa de ser vista, hasta que un día un ruido que hizo al pisar una ramita puso a Narciso sobre aviso de su presencia, descubriéndola. Eco palideció y luego enrojeció cuando Narciso se dirigió a ella. - ¿Qué haces aquí? ¿Por qué me sigues?
- Aquí... me sigues... -fue lo único que Eco pudo decir.
Narciso siguió hablando y Eco nunca podía decir lo que deseaba. Finalmente, como ninfa de los bosques que era, pidió ayuda a los animales, que de alguna manera le hicieron entender a Narciso el amor que Eco le profesaba.
Ella le miró expectante, ansiosa... pero su risa helada la desgarró. Y así, mientras Narciso se reía de ella, de sus pretensiones, del amor que albergaba en su interior, Eco moría. Y se retiró a su cueva, donde permaneció quieta, sin moverse, repitiendo las últimas palabras que le había oído a Narciso... "qué estúpida... qué estúpida... qué... estu... pida...".
Y dicen que allí se consumió de pena, llegando a convertirse en parte de la propia piedra de la cueva...
Pero Némesis, la diosa de la venganza que había presenciado toda la desesperación de Eco, cierto día le hizo desfallecer de sed. Narciso recordó entonces el riachuelo donde una vez había encontrado a Eco, y sediento se encaminó hacia él.
Así, a punto de beber, vio su imagen reflejada en el río. Y como había predicho Tiresias, esta imagen le perturbó enormemente. Quedó absolutamente cegado por su propia belleza.
Y hay quien cuenta que ahí mismo murió de inanición, ocupado eternamente en su contemplación. Otros dicen que enamorado como quedó de su imagen, quiso reunirse con ella y murió ahogado tras lanzarse a las aguas. En cualquier caso, en el lugar de su muerte surgió una nueva flor al que se le dio su nombre: el narciso, flor que crece sobre las aguas de los ríos, reflejándose siempre en ellos.
De este mito proviene el trastorno psicológico conocido como narcisismo que es el amor excesivo o patológico por uno mismo o por lo que hace.
Así las respuestas correctas al Enigma son:
1ª- La ninfa se llamaba Eco
2ª- El hermoso jóven era Narciso
3ª- Ella quedó convertida en el eco y él en la flor del narciso.
Y han respondido correctamente, además de Isabel y Lola:
1º-Karla Navarrete
2º-Fátima Lemalem
3º-Laura Carrobles
4º-Paula Ionela Todirica
5º- Vanesa Fuster
6º-Iulia Carmen Conta
7º-Anca Mª Iliescu
Del IES Ciudad de los Poetas han acertado estos alumnos:
1º-Alejandro Cerezo
2º-María Peña
3º-Marina González
4º-Andrea Levin
5º-Paula Reguilón
6º-Pamela cueva
7º-Ana Rodriguez
8º-Lucía Martín
GRACIAS POR VUESTRA PARTICIPACIÓN
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