miércoles, 28 de octubre de 2009

EFEMÉRIDES

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RAFAEL ALBERTI
16 de diciembre 1902 - 28 de octubre de 1999
Hoy hace diez años que Rafael Alberti murió en El Puerto de Santa María (Cádiz), la misma ciudad que lo vio nacer.
Fue un muchacho despreocupado e inquieto bajo la luz deslumbrante del sur. Demasiado, quizás. Su familia, burgueses de origen italiano, soñaba futuros para el niño Rafael, y decidió que estudiara en los jesuitas del Puerto, encerrado en los mismos muros que contemplaron los ojos de Juan Ramón Jiménez. Pero el niño Rafael salió artista: quería ser pintor (¡ay, esa sangre italiana!).
La familia se desplaza a Madrid cuando Rafael tiene quince años. ¡La capital! El joven pintor entusiasmado con las vanguardias, las primeras exposiciones...; la muerte del padre: la primera poesía para expresar el dolor. Un cambio de rumbo: ahora, Rafael será poeta con el mismo entusiasmo con que había sido pintor, sin dejar de ser nunca pintor. La salud se resquebraja. La tuberculosis le ronda y se hace necesario internarlo en un sanatorio de la sierra. En la paz de la altura añora como nunca el mar.
Restablecido, vuelve a Madrid. La Residencia de Estudiantes, los jóvenes amigos poetas. El éxito: su libro Marinero en tierra (1925), en el que ha vertido toda su añoranza del mar, recibe el Premio Nacional de Poesía (en el jurado estaba Antonio Machado). Está plenamente integrado en la Generación del 27.
Los años que siguen son turbulentos, rápidos, sorprendentes, dolorosos: la crisis espiritual, el compromiso político, el amor y la unión con María Teresa León, la poesía, la revista Octubre, los viajes políticos por el mundo, la Guerra Civil, la poesía de circunstancias, María Teresa, la derrota, el exilio, la añoranza, el compromiso político, María Teresa...
En 1977 regresa a España y es elegido diputado por el Partido Comunista. María Teresa sigue a su lado, pero ya no está. La vejez, los reconocimientos. La vuelta a El Puerto a esperar la muerte.
Quizás no fue el mejor poeta de la Generación del 27, pero fue el más apuesto. Ese aire de señorito de El Puerto de su juventud, y en la vejez, cuando salió a la superficie toda su sangre italiana, su cabeza fue la de un condottiero dibujado por Leonardo. Me gusta recordarlo así, con su melena blanca, inmaculada.
De su poesía -tanta- rescato ese sentido y neopopular Marinero en tierra; Sobre los ángeles, su obra más surrealista; su libro A la pintura, en el que funde sus dos vocaciones; La arboleda perdida, su libro de memorias. Quizá también algún poema suelto, por ejemplo estos dos que os ofrezco a continuación "La paloma" y "A galopar". Llegaron a mí así, cantados por Joan Manuel Serrat y Paco Ibáñez, respectivamente, y forman parte de mi vida y mis recuerdos.
En el vídeo de Paco Ibáñez aparece el propio Rafael Alberti recitando y cantando (es un decir). Es una buena forma de recordarlo.
Lola Sevila













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1 comentario:

Anónimo dijo...

Precioso regalo para el día de hoy. Serrat, Paco Ibáñez forman también parte de la banda sonora emocional de mi vida. Escuchar estas dos canciones me transportan a mi pueblo, Linares, hace muchos años, cuando yo era una adolescente como nuestros alumnos y todos los fines de semana mi madre y yo hacíamos limpieza en casa mientras les escuchábamos en un viejo radiocasete.
Gracias Lola por hacerme viajar un ratito en el tiempo y bañarme de melancolía.