lunes, 1 de noviembre de 2010

HALLOWEEN 2010 / HISTORIAS DE MIEDO I

Para celebrar el día de Halloween y la Noche de Todos los Santos, este curso se están haciendo muchas actividades en el centro. En la asignatura de Lengua hemos estado leyendo historias de miedo que los alumnos han recogido en internet y que han traído a clase. Aquí compartimos con vosotros algunas de las que más han gustado. Esta actividad no sólo nos ha servido para pasar un buen rato leyendo e imaginando con relatos inquietantes, sino que también nos ha permitido trabajar la ortografía pues la mayoría de las historias tomadas de la red, están plagadas de faltas, tantas que nos ponían los pelos de punta. Así que recordad, ¡también da pánico una historia mal escrita!

NO ABRAS LA PUERTA

Muchas personas piensan que esto que os voy a relatar es una simple leyenda, un cuento o incluso una falsa historia, pero yo lo único que puedo hacer es contárosla, a partir de ahí, sacad vuestras conclusiones.

Hace dos años, estaban en su casa, tan tranquilos, María, una señora de 40 años que se había divorciado recientemente, con su hijo pequeño de tan sólo 8 años. Como era de costumbre, María se tenía que ir todas las noches a trabajar, debido a que era una mujer con muchas responsabilidades, tanto en su trabajo como en su casa. Pero aquel día sería muy diferente al resto de los demás; ya que, cuando se encontraban cenando vieron en las noticias que un asesino en serie, muy peligroso y agresivo había escapado del centro penitenciario de la ciudad. Lo más grave de la noticia no era que este interno hubiese escapado, lo peor era que había sido visto a pocas manzanas cerca del hogar de la familia. Esto provocó la preocupación de María, que al irse al trabajo tenia que dejar a su hijo solo en casa. Maria para prevenir desgracias cerró las ventanas, puertas, y le explicó lo siguiente a su hijo:
- No habrás ninguna ventana ni las puertas. Aunque llevo las llaves, por si ocurre algo, yo llamaré tres veces seguidas al timbre o simplemente me reconocerás por la voz y entonces sabrás que soy yo.

Llegado el momento, María se fue a trabajar y dejó a su hijo solo. Éste, lleno de miedo, cerró la puerta a cal y canto y se puso a ver la tele para relajar la mente. Al cabo de rato, el chico ya estaba dormido cuando de pronto llaman a la puerta. PON...PON... El chico se despertó y aterrado se dirigió muy despacio hacia la puerta y dijo:
- ¿Eres tú mamá?.
La respuesta vino con otra serie de golpes acompañados de un susurro escalofriante que decía:
- JABREME DA PUETA.
El niño atemorizado huyó hacia su habitación donde se pasó la noche llorando y esperando a que llegase su madre. Tanto lloró que se quedó dormido. Al día siguiente cuando se levantó se dio cuenta de que su madre no había vuelto. Y aún con miedo se dirigió a la puerta que conducía a la salida de la casa y se encontró a su madre con las piernas cortadas (por lo que no pudo llegar al timbre), la lengua cortada (por lo que no le pudo reconocer la voz) y totalmente ensangrentada. Desde ese día este chico tuvo que estar hospitalizado en un psiquiátrico y no pudo dormir sin sufrir constantes pesadillas... y si os preguntáis por que lo sé, es porque, simplemente, soy ese niño.

Enviada por CRISTPHER ROJAS 2º D


LA LEYENDA DE LA DISCOTECA ANDROIDES


En los años ochenta, la discoteca Androides era una de las más conocidas de la ciudad. Estaba situada en la calle Alfares, muy cerca de un cruce de calles denominado popularmente Cuatro Caminos. Muchos son los hechos extraños que se contaron acerca de ese local. Algunos hablaban de vasos que se estallaban sin nadie tocarlos. Una joven describió perfectamente como de los baldosines de las paredes del cuarto de baño brotaban chorros de sangre. Alguien contó que durante un apagón durante una nochevieja un frío intenso recorrió todo el local e hizo que las copas se congelaran en las manos de la gente en cuestión de segundos.De todas maneras, la historia más extraña y terrorífica de la que tenemos noticia, y que según muchos fue la causa de su cierre, fue la historia que narramos a continuación con nombres supuestos ya que los protagonistas son una familia muy conocida en la ciudad.

La noche de un sábado cualquiera de invierno, Pablo conducía su moto hacia la discoteca Androides. Aquella noche sus amigos no habían regresado de Madrid, pues estaban allí estudiando, pero Pablo decidió tomar una copa con la esperanza de encontrar otro alma solitaria con quien hablar. De repente, cuando enfilaba la calle Alfares, un fuerte aguacero comenzó a caer sobre la ciudad. Por suerte, Pablo estaba muy cerca de la discoteca, así que aparcó su moto en un callejón cercano llamado Cerrillo de San Roque y bajo una cornisa, comenzó a atar con su cadena, los radios de la moto al poste de una señal de tráfico. De repente un escalofrío rozó su nuca y miró atrás. La sombra de una joven de unos dieciséis años, vestida con una leve blusa de seda y una falda también de tela muy ligera estaba observándole. La chica estaba totalmente calada. El agua caía de su pelo rubio y lacio sobre sus hombros, y el color de rímel de sus ojos formaba un reguero de lágrimas negras sobre su cara. Pablo, se puso en pie y viendo que la chica temblaba, se quitó su chaqueta motera de cuero y se la echó encima. Pablo le sugirió llevarla a su casa pero ella se negó, así que le invitó a entrar a la discoteca y tomar una copa. La cara de la muchacha era pálida y triste, pero esgrimió una leve sonrisa y entró junto con el chico al local. Allí conversaron durante horas y casi a las cinco de la mañana, Pablo cogió su moto y la llevó hasta su domicilio. Una pequeña casa baja, en la calle de la Luna. Allí en la puerta, la muchacha cuyo nombre no había preguntado le dio un suave beso en la mejilla y le entregó una fotografía de carné.Al día siguiente, Pablo, muy ilusionado por tener una nueva amiga que además le gustaba como no le había gustado otra mujer en su vida, se encaminó hacia la casa de la muchacha. Tras varios timbrazos, una mujer de unos cincuenta y muchos años abrió la puerta.
-¿Está su hija? - preguntó Pablo.
- No haga usted bromas, joven - contestó la mujer - Mi hija murió hace tres años en un accidente de moto.-
Pablo no daba crédito a lo que oía. La foto que había colocado bajo su almohada coincidía con la hija de aquella triste señora. Pablo no se resignaba y creía que todo era una macabra broma. Tan empeñado estaba Pablo en su afirmación que la mujer le acompañó hasta el cementerio. Allí, sobre una tumba con el nombre de su amada, estaba colocada la chaqueta que la noche anterior le había prestado. Ahora Pablo continúa en tratamiento psiquiátrico. Tras conocerse la historia que incluso salió publicada en la prensa local, la discoteca Androides cerró.La joven fantasma dicen que hoy sigue vagando por la zona y a veces, las noches de lluvia algunos motoristas al parar en el semáforo de Cuatro Caminos creen ver a una joven vestida de seda que, calada hasta los huesos, se esconde entre los bancos y los árboles de la plaza de Zamora.

Enviada por ABDESSALAM IDRISSI 2º D

EL CONSUELO DE LOS MUERTOS
Esta historia trata de una joven, hija de una familia adinerada, quien una noche se fue con otras dos amigas para dormir juntas. Esta joven vivía en un cortijo enorme, casi como un palacio. Esa noche se supone que iban a estar con su abuela pero ésta, que estaba muy enferma, tuvo que marcharse al hospital dejando a las tres muchachas solas en el cortijo. Aquella no fue un noche nada agradable, además de lo de su abuela, estaban en pleno mes de julio y una gran tormenta de verano caía sobre su comarca. Asustadas por los ruidosos truenos que rompían contra las montañas cercanas decidieron cogerse de las manos para pasar mejor la noche, era un dormitorio muy grande con tres camas cada una al lado de la otra, con una ventana a la izquierda y la puerta a la derecha, era tan grande que dejaba un buen espacio entre ellas, pero a pesar de eso llegaron a tocarse las manos, cosa que las ayudó a pasar mejor la noche.
Al día siguiente sus padres volvieron trayendo con ellos a la abuela, algo extenuada pero mejor que la noche anterior y la chica empezó a contarles el miedo que habían pasado y como se dieron las manos para tranquilizarse. Entonces la madre rió y les dijo que había demasiado espacio entre las camas. Las muchachas, con incredulidad, la llevaron a la habitación para demostrarle que sí, pero al tumbarse e intentar darse las manos descubrieron que les faltaban casi medio metro para tocarse. Entonces la abuela se incorporó y dijo "quizá había alguien más que buscaba consuelo anoche, no sólo los vivos pasan miedo".

Enviada por FAJAR DHAYBI 2ºD



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