lunes, 25 de mayo de 2009

DÍA MUNDIAL DE ÁFRICA

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DÍA MUNDIAL DE ÁFRICA

Hoy queremos celebrar el Día Mundial de África con un pequeño vídeo que hemos elaborado con mucho cariño y que dedicamos a todos los alumnos de El Olivo que proceden de ese continente. Este año nos hemos centrado sólo en el África subsahariana, pero el próximo lo dedicaremos al Magreb (que tengan paciencia nuestros alumnos marroquíes).

Para realizar este vídeo hemos seleccionado una serie de fotografías de paisajes y gentes africanos, pero hemos huido conscientemente de las imágenes a las que estamos acostumbrados, esas que muestran las profundas heridas de África. Queremos dar un mensaje de esperanza.

Entre las imágenes, aparecen cinco fotografías de la fotógrafa camerunesa Angèle Etoundi Essamba, y unas cuantas del fotógrafo Hans Silvester, en las que muestra a las tribus que viven a las orillas del río Omo, en los confines de Etiopía. Estas tribus se caracterizan por la vistosa manera de “decorarse”: se convierten casi en obras de arte vivientes.

También aparecen escritores, músicos, cineastas…: Amma Darko, escritora (Ghana); Boubacar Boris, escritor (Senegal); Cesaria Evora, cantante (Cabo Verde); Sade Adu, cantante (Nigeria); Ismaël Lô, cantante (Senegal); Youssou N’Dour, cantante (Senegal); Justo Bolekia, escritor (Guinea Ecuatorial); K’naan, poeta y cantante (Somalia); Leonora Milano, escritora (Camerún); Mariana Mbengue Ndoye, escritora (Senegal); Yolande Mukagasana, escritora (Ruanda); Nelson Mandela, político y luchador contra el apartheid , Premio Nobel de la Paz 1993 (Sudáfrica); Ousmane Sembêne, director de cine (Senegal); Paloma Loribo, cantante, compositora y pintora (Guinea Ecuatorial); Remei Sipi, escritora y estudiosa de literatura oral (Guinea Ecuatorial); Sefi Atta, escritora (Nigeria); Wole Soyinka, escritor, Premio Nobel de Literatura 1986 (Nigeria); Yuma, cantante (Guinea Ecuatorial).

Son sólo una pequeña muestra de gente que levanta su voz y que lucha para que África tenga un “futuro perfecto”.

Aparecen, además, fotos –antiguas—de un señor bigotudo que se llamaba Albert Schweitzer, y, de vez en cuando, cuadros y grabados que representan al músico J. S. Bach (1685-1750). ¿Qué hacen ahí? Todo tiene una explicación.

Albert Schweitzer (1875-1965) nació en la región de la Alta Alsacia, entonces perteneciente a Alemania y hoy francesa. Estudió Filosofía y Teología en Strasburgo, doctorándose en 1899. Desde su juventud mostró un notable talento musical: estudió órgano en París con Charles-Marie Widor y se reveló como un excelente intérprete de J. S. Bach, del que se convirtió, además, en un estudioso. En 1905 publicó un libro sobre el músico: J. S. Bach, el músico poeta, donde lo describe como un místico religioso y compara su música con las fuerzas cósmicas de la Naturaleza.

En ese mismo año, decidió estudiar medicina y dedicar su vida al servicio de los más necesitados. En 1913 se marchó a Áfica con su mujer, la enfermera Hélene Bresslau. Allí se estableció en las orillas del río Ogooué, en Lambarena (Gabón), donde con sus ahorros construyó un hospital. En 1963, dos años antes de su muerte, el hospital tenía 350 pacientes y contaba con 36 empleados entre médicos, enfermeros y ayudantes.

A pesar de su dedicación a los demás, nunca abandonó su pasión por la música: dio conferencias y recitales de órgano tanto en Europa como en África, y grabó numerosos discos interpretando a Bach.

En 1952 se le concedió el Premio Nobel de la Paz. Murió en Lambarena el 4 de septiembre de 1965.

En 1993 se editó un CD como homenaje a Albert Schweitzer: Lambarena. Bach to Africa. La idea fue de Mariella Berthéas y de la fundación "L'Espace Afrique”. Lambarena reúne los dos elementos esenciales del "mundo del sonido" de Schweitzer: la música de Bach y las melodías y los ritmos nativos de su patria adoptiva, Gabón. Esta obra es el resultado de la colaboración de dos músicos dotados con un gran talento: Hughes de Courson, compositor y productor francés, que armó la estructura clásica de Lambarena, y Pierre Akendengué, autor, filósofo y guitarrista gabonés.

Como banda sonora de nuestro vídeo, hemos elegido dos piezas de esa grabación: Sankanda (canción tradicional de Gabón) + Lasset uns den Nitch Zertilen (de la Pasión según San Juan de Bach), y Mayingo, canción tradicional gabonesa construida como una fuga a la manera de Bach.

Un delicioso encuentro musical entre Europa y África. Esperamos que os guste y que busquéis ese CD para conocer el resto (su música es infalible para estados de ánimo decaídos, para cuando creemos que nada tiene solución).






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