

LA NOCHE DE SAN JUAN
El poniente impecable en esplendores
quebró a filo de espada las distancias.
Suave como un sauzal está la noche.
Rojos chisporrotean
los remolinos de las bruscas hogueras;
leña sacrificada
que se desangra en altas llamaradas,
bandera viva y ciega travesura.
La sombra es apacible como una lejanía;
hoy las calles recuerdan
que fueron campo un día.
Toda la santa noche la soledad rezando
su rosario de estrellas desparramadas
Jorge Luis Borges
Fervor de Buenos Aires (1923)
El poniente impecable en esplendores
quebró a filo de espada las distancias.
Suave como un sauzal está la noche.
Rojos chisporrotean
los remolinos de las bruscas hogueras;
leña sacrificada
que se desangra en altas llamaradas,
bandera viva y ciega travesura.
La sombra es apacible como una lejanía;
hoy las calles recuerdan
que fueron campo un día.
Toda la santa noche la soledad rezando
su rosario de estrellas desparramadas
Jorge Luis Borges
Fervor de Buenos Aires (1923)


Yo ya tengo el mío preparado y, por si te sirve de inspiración, te lo paso:
Quiero que desaparezca de mi vida la estulticia, la prepotencia, la intransigencia, la fatuidad, la antipatía, la ruindad, la hipocresía, la insolidaridad… Y no pido más porque la avaricia rompe el saco.
Estoy segura de que todo eso desaparecerá de mi vida al menos durante los segundos en los que arda mi papel y mientras salto sobre sus cenizas. Mañana… ¡quién sabe!
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