sábado, 20 de junio de 2009

DÍA DEL ESPAÑOL

LA LENGUA QUE NOS UNE

Hoy 20 de junio se celebra el Día del Español y desde aquí queremos sumarnos a las diferentes actividades que se están organizando desde las sedes del Instituto Cervantes, organismo oficial de enseñanza de nuestra lengua por el mundo.



¿Sabéis cuántas personas hablamos español? No somos 50 ni 100 millones, no, ¡somos 450 millones de hablantes, que se dice pronto! Tras el chino mandarín es la lengua más hablada en el mundo, por número de personas que la tenemos como lengua materna. Además, es el segundo idioma más estudiado, tras el inglés, con unos 17 millones de estudiantes, según unas fuentes y casi 40 millones según otras. Os mostramos un mapa en el que podéis ver la distribución de nuestra lengua en el mundo. En un color más claro se marcan otros países en los que se habla español aunque no sea la lengua oficial.






Aquí tenéis el enlace con las actividades que organiza el Instituto Cervantes http://www.cervantes.es/FichasCultura/Ficha56758_00_1.htm
Y como homenaje a nuestra lengua, aquí os dejamos este bellísimo texto del gran poeta chileno Pablo Neruda:

“[...]. Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan... Me prosterno ante ellas... Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito... Amo tanto las palabras... Las inesperadas... Las que glotonamente se esperan, se acechan, hasta que de pronto caen... Vocablos amados... Brillan como piedras de colores, saltan como platinados peces, son espuma, hilo, metal, rocío... Persigo algunas palabras... Son tan hermosas que las quiero poner todas en mi poema... Las agarro al vuelo, cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo frente al plato, las siento cristalinas, vibrantes, ebúrneas, vegetales, aceitosas, como frutas, como algas, como ágatas, como aceitunas... Y entonces las revuelvo, las agito, me las bebo, me las zampo, las trituro, las emperejilo, las liberto... Las dejo como estalactitas en mi poema, como pedacitos de madera bruñida, como carbón, como restos de naufragio, regalos de la ola... Todo está en la palabra... Una idea entera se cambia porque una palabra se trasladó de sitio, o porque otra se sentó como una reinita adentro de una frase que no la esperaba y que le obedeció...Tienen sombra, transparencia, peso, plumas, pelos, tienen de todo lo que se les fue agregando de tanto rodar por el río, de tanto transmigrar de patria, de tanto ser raíces... Son antiquísimas y recientísimas... Viven en el féretro escondido y en la flor apenas comenzada... Qué buen idioma el mío, qué buena lengua heredamos de los conquistadores torvos [...]. Estos andaban a zancadas por las tremendas cordilleras, por las Américas encrespadas, buscando patatas, butifarras, frijolitos, tabaco negro, oro, maíz, huevos fritos, con aquel apetito voraz que nunca más se ha visto en el mundo... Todo se lo tragaban, con religiones, pirámides, tribus, idolatrías iguales a las que ellos traían en sus grandes bolsas... Por donde pasaban quedaba arrasada la tierra... Pero a los bárbaros se les caían de las botas, de las barbas, de los yelmos, de las herraduras, como piedrecitas, las palabras luminosas que se quedaron aquí resplandecientes... el idioma. Salimos perdiendo... Salimos ganando... Se llevaron el oro y nos dejaron el oro... Se lo llevaron todo y nos lo dejaron todo... Nos dejaron las palabras”.
Pablo Neruda
Confieso que he vivido
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