jueves, 3 de marzo de 2011

Festival Leneo de Teatro Clásico

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El día 22 de Febrero fuimos con los alumnos de 2º de Bachillerato al Paraninfo de Filosofía de la Complutense de Madrid para ver una tragedia griega y una comedia latina dentro del Festival Leneo.


Acabábamos de explicar en clase el género literario del teatro y de leer el Edipo Rey, por lo que nos venía muy bien experimentar la misma catarsis que vivieron los griegos al presenciar una tragedia como Medea de Eurípides, y también disfrutar de una comedia plautina como Poenulus.



En la tragedia de Eurípides, una obra maestra, se ve cómo Medea, al llegar a Corinto, es abandonada por Jasón que se promete en matrimonio con la hija del rey Creonte. Medea ve su lecho deshonrado, se siente humillada y suplantada por otra mujer mucho más joven que ella a pesar de haber hecho y dado todo por él; por Jasón ha robado, ha traicionado a su padre, ha matado a su propio hermano, ha tenido que abandonar su país huyendo...

Creonte, que había planeado el matrimonio, ante el temor de que la sabia Medea se vengara, ordena su destierro inmediato. Pero Medea, fingiéndose sumisa, pide un solo día de plazo para salir al destierro. Ese plazo lo aprovecha para realizar su primer acto de venganza, un regalo a la novia: un velo que causaba la muerte por el simple contacto. Ésta morirá de forma horrible y con ella su propio padre Creonte.


Pero tras perpetrar ese horrible asesinato, Medea se siente obligada a matar a su propio hijo, en primer lugar para evitar que otras manos más crueles le quiten la vida al querer vengar las muertes del soberano y de su hija. En segundo lugar, y quizá el motivo más profundo y terrible, mata a su hijo para hacer daño a Jasón y evitar que pueda quedarse con él en Corinto, como así se lo exige él, mientras ella se queda sola y desesperada.


Tras un descansito para reponernos de la impresión y las emociones suscitadas por la tragedia, vimos la comedia Poenulus de Plauto donde todos disfrutamos con el enredo y los constantes guiños al público de los personajes, con la picardía del esclavo, la ingenuidad del amo enamorado, la fanfarronería del soldado, la avaricia del proxeneta...

Creo que pasamos una mañana sensacional y que el teatro grecolatino ha ganado desde ahora unos ferviertes admiradores y defensores en vosotros, mis chicos de 2º de Humanidades.
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