domingo, 20 de marzo de 2011

UNA POESÍA PARA LA PRIMAVERA

Mañana empieza la primavera, y vamos a ir preparándonos para recibirla con un poema. Seguimos nuestro homenaje poético a Miguel Hernández, y lo hacemos, de nuevo, con una composición de su primera época (esos versos que huelen a huerta, a sol, a higuera, a tierra y a biblioteca).




PRIMAVERA CELOSA

Me cogiste el corazón,
y hoy precipitas su vuelo
con un abril de pasión
y con un mayo de celo.

Vehementes frentes tremendas
de toros de amor vehementes
a volcanes me encomiendas
y me arrojas a torrentes.

Del abril al mayo voy
más celoso que moreno
y más que celoso estoy
en mi corazón ameno.

Como de un fácil vergel,
se apropian de ti y de mí
la vehemencia del clavel
y el vellón del alhelí.

Hay gallos de altanería
alardeando en mis venas
y en la frondosa alma mía
mejoranas y azucenas.

Sin sospechar sus gusanos
llega tu carne a sus plenos,
y se me encrespan las manos
y se te encrespan los senos.

Me desazona la planta
un ansia de enredadera
y de tu cuerpo y de tanta
rosa rosal ser quisiera.

Dando fruto a las abejas,
entre labios y racimos,
muy cerca de tus orejas,
y de las mías vivimos.

Si a higuera tu beso huele,
suena y sabe a ruiseñor,
y abril con amor me duele
y mayo con flor y amor.

Beso y quiero, quiero y muero;
si nos parte en dos la ausencia,
pues con vehemencia te quiero,
me moriré con vehemencia.
.

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