lunes, 30 de noviembre de 2009

VIOLENCIA DE ¿GÉNERO? ¿DOMÉSTICA? ¿MACHISTA? ¿CONTRA LAS MUJERES?

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El miércoles de la semana pasada se celebró el Día Internacional contra la Violencia de Género o Machista o Doméstica o Contra la Mujer… No nos ponemos de acuerdo. El día anterior me preparé para estar bien atenta y fijarme en qué expresión utilizarían los medios de comunicación. También le encargué a algunos de mis alumnos que se fijaran. El resultado fue variopinto. Tampoco los medios de comunicación se aclaran, a pesar de sus libros de estilo. Así que me puse a reflexionar e investigar sobre el asunto.

Está claro que la expresión violencia de género es un calco del inglés gender violence, pero a mí me chirría un poco. En español, la palabra 'género' designa el “conjunto de seres establecido en función de características comunes” y “clase o tipo”: La narrativa es un género literario; No me gusta ese género de cosas. En gramática significa “propiedad de los sustantivos y de algunos pronombres por la cual se clasifican en masculinos, femeninos y, en algunas lenguas, también en neutros”: El sustantivo “mesa” es de género femenino. Ninguna de esas acepciones cuadra con “violencia”.

En inglés la voz gender se empleaba también hasta el siglo XVIII con el significado de “clase o tipo”, pero actualmente se prefieren otros términos: kind, sort o class. También tiene el sentido de “género gramatical”. Pero desde muy antiguo comenzó a producirse un cambio de significado y empezó a usarse gender como sinónimo de sex, probablemente por influencia del puritanismo. Esto vino muy bien cuando comenzó el auge de los estudios feministas, allá por los años sesenta del siglo pasado, porque, en el mundo anglosajón, se extendió el término gender con el sentido de “sexo de un ser humano”, con un matiz que hacía referencia a las diferencias sociales y culturales, alejándose de la oposición biológica entre hombres y mujeres que denotaba el término sex.

De ahí pasó a otras lenguas, entre ellas el español. Quedaba así claro que la voz 'sexo' se refería a una categoría puramente biológica, mientras que 'género' aludía a una categoría sociocultural que implica diferencias de índole social, económica, etc. Así, se habla de estudios de género, discriminación de género, etc. Pero, por extensión, se ha llegado a utilizar como sinónimo de sexo, lo que es absolutamente incorrecto [*«El sistema justo sería aquel que no asigna premios ni castigos en razón de criterios moralmente irrelevantes (la raza, la clase social, el género de cada persona)» (El País, 28.11.02)].

¿Hay otras alternativas en español? Creo que sí. Tenemos el sustantivo 'sexismo' que significa, según el DRAE, “Discriminación de personas de un sexo por considerarlo inferior al otro”; y su correspondiente adjetivo 'sexista'. Si decimos estudios sobre sexismo o discriminación sexista parece que queda bastante claro y evita la alusión exclusivamente biológica.

Respecto a la violencia de género, ¿qué han hecho las lenguas de nuestro entorno? En francés parece que ha triunfado la expresión violence domestique, mientras que en Italia dudan entre violenza contro le donne o violenza domestica. Tampoco me gusta la solución 'violencia doméstica': suena a violencia en la cocina y en torno a la mesa camilla; cuando, muchas veces, el agresor ni siquiera ha convivido con su víctima bajo el mismo techo. Pero es la expresión más utilizada en el ámbito hispánico según el CREA (Corpus de referencia del español actual).

Cuando en el 2004, el Gobierno de España presentó el Proyecto de Ley integral contra la violencia de género, la Real Academia de la Lengua Española publicó un informe en el que, tras un análisis sesudo, proponía soluciones como: violencia doméstica o por razón de sexo. Creo que no le hicieron caso, como tampoco me lo harán a mí, que propongo violencia sexista o mejor, violencia machista, usando ese adjetivo tan castizo que está en la base de todas las agresiones contra las mujeres, y que hemos exportado a otras lenguas (junto con palabras más gozosas, como 'siesta' y 'movida').

En fin, lo dicho, no nos harán caso ni a mí ni a la RAE. El pueblo llano, capitaneado por los medios de comunicación, decidirá con qué expresión se queda. Ojalá que, mientras se buscan los términos más precisos, desaparezca el hecho designado y la búsqueda haya sido ociosa.

Lola Sevila
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1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy atinada tu reflexión. A veces no nos paramos a pensarlo, pero tenemos que tener cuidado con las palabras que empleamos, porque pueden golpear y dañar como un duro puñetazo.
Me quedo con el término de violencia sexista.
Y como muy bien dices, OJALÁ haya un día en que consigamos que desaparezca.