sábado, 25 de abril de 2009

EFEMÉRIDES

JOSÉ ÁNGEL VALENTE




Nació en Orense el 25 abril de 1929. Murió en Ginebra en 2000.

Premios:
Adonais (1854)

Crítica (1960 y 1980)

Pablo Iglesias de las Letras (1984)

Príncipe de Asturias de las Letras (1988)

Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (1993)

Nacional de literatura (póstumo, 2000)


José Ángel Valente fue contemporáneo de los poetas de los 50 (Gil de Biedma, Hierro, Gamoneda, Brines, Goytisolo…), pero su poesía va a evolucionar, de manera muy personal, hacia un misticismo alejado del dogmatismo religioso, en el que caben tanto las influencias de San Juan de la Cruz, como las de la mística sufí o el budismo zen. Crea así una poesía obsesionada por la esencia y el misterio, por la nada y el silencio. Uno de sus temas más recurrentes es el lenguaje, entendido como una vía de acceso al misterio de la existencia.

Su poesía es, por lo tanto, esencial, difícil, pero de una profunda belleza que habla a la inteligencia, que la incita a búsquedas vitales alejadas de la contingencia.

Vivimos tiempos en los que lo obvio, lo fácil y lo superficial son valores aplaudidos: malos tiempos para las esencias; por eso precisamente, la poesía de Valente es un exquisito y raro bocado. Os regalamos estos bellos poemas. Saboreadlos, dádselos a comer a vuestro espíritu y a vuestras neuronas.

Si alguien quiere conocer mejor a Valente y su obra, puede ir a:


http://www.29letras.com/ellugardelpoeta/

una excelente web documental sobre el poeta.





NOCHE PRIMERA

Empuja el corazón,

quiébralo, ciégalo,

hasta que nazca en él

el poderoso vacío

de lo que nunca podrás nombrar.

Sé, al menos,

su inminencia

y quebrantado hueso

de su proximidad.

Que se haga noche. (Piedra,

nocturna piedra sola).

Alza entonces la súplica:

que la palabra sea sólo verdad.

A modo de esperanza.


LA ADOLESCENTE


Ya baja mucha luz por tus orillas,

nadie recuerda la invasión del frío.

Ya los sueños no bastan para darle

razón de ser a todos los suspiros.

Tú cantas por el aire.

Ya se ponen de verde los vestidos.

Ya nadie sabe nada.

Nadie sabe

ni cómo ni por qué ni cuándo ha sido.

Breve son.


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