miércoles, 23 de febrero de 2011

CUENTOS Y LEYENDAS DEL MUNDO

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EL BEDUINO ENAMORADO

Un joven beduino, vagando en el desierto, vino a parar cerca de un pozo, junto al cual se encontraba para sacar agua una muchacha guapa como la luna llena. El joven beduino se le acercó y le dijo:

-¡Estoy perdidamente enamorado de ti!

-Cerca de la fuente hay otra muchacha tan guapa, que yo no soy digna de ser tu mujer.


El joven beduino giró la cabeza y buscó con la mirada a esa otra joven hermosa, pero no había nadie. La joven, entonces, le dijo:


-¡Qué hermosa es la sinceridad y qué fea es la mentira! Dices amarme y ha bastado que yo te hablara de otra mujer para hacerte girar la cabeza y buscarla desesperadamente.

Cuento aportado por Mohammed Said El Moussaoui (Marruecos). Dibujo de G.A. (España).

LA LLORONA

Había una vez una muchacha que era pobre y un joven rico que se enamoraron y, a pesar de las diferencias sociales, se casaron. Durante bastantes años vivieron felices y tuvieron tres hijos. El marido guardaba la llave de la despensa, donde guardaban los alimentos y el dinero, y nunca quiso darle la llave a su mujer.

Un día el marido cayó enfermo, tras varios días de enfermedad, murió. La mujer quedó muy triste y se puso a buscar la llave por todas partes, pero no la encontró. De la noche a la mañana, se convirtió en una mujer viuda, pobre y con tres hijos que sacar adelante. Su pena era tan grande que ni siquiera podía salir a buscar trabajo o a pedir para mantener a sus hijos. Por eso, un día les dijo a los niños que se iban a ir de excursión al campo. Los hijos se pusieron muy contentos y se fueron con su madre a un lugar cerca de un lago. Allí corretearon y cogieron manzanas de un árbol para comer.

La madre los miraba con mucha pena porque sabía que no podía mantenerlo como ella quisiera, así que, con mucho dolor de su corazón, los tiró al lago. Los niños gritaban y gritaban diciendo: «¡No, mamá, no mamá, por favor!». Hasta que se ahogaron.

La mujer quedó traumatizada por los gritos de sus hijos, y desde entonces todas las noches va por las calles llorando y gritando: «¿Dónde están mis hijos?, ¿dónde están mis hijos?»; y a todo niño que encuentra se lo lleva al lago y lo tira allí, donde tiró a sus propios hijos.

Leyenda aportada por Mishell Vargas (Ecuador). Dibujo de Mohamed Said El Moussaoui (Marruecos).

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