martes, 29 de septiembre de 2009

DÍA DE ARCÁNGELES

.
El 29 de septiembre se celebraba tradicionalmente el día de San Miguel, de ahí ese “veranillo de San Miguel” con el que se nombra a estos calorcillos que se empeñan en hacernos creer que todavía queda algo del verano. Hace ya algún tiempo que la Iglesia católica decidió agrupar en este día la celebración de los tres arcángeles, por lo que se le han unido a San Miguel sus compañeros Rafael y Gabriel. No parece que al santo titular del día le haya importado mucho, convencido como está de que compartir es vivir (un poco más estrechos, eso sí).

Hoy queremos recordar en nuestro blog a los arcángeles, porque, independientemente de las creencias de cada cual, nos fascinan esos seres angelicales y bellos. Además, como el saber no ocupa lugar, os vamos a contar algo de estos seres celestiales.

Según la concepción celestial de la Edad Media, Dios está rodeado de nueve coros angélicos que son, por orden de cercanía a la divinidad: serafines, querubines, tronos, dominaciones, virtudes, potestades, principados, arcángeles y ángeles. Así lo recoge Dante en su Divina comedia. Los arcángeles, por lo tanto, están bastante cercanos a lo humano (aunque no tanto como los ángeles).


Estos seres no son exclusivos del mundo cristiano. Los compartimos con el judaísmo y con el islam. No olvidemos que fue Yibril o Yibra'il (Gabriel) quien, en nombre de Dios, dictó el Corán a Mahoma.

Bueno, como ya sabéis que hay poesía para todo, aquí os dejamos unos poemas que Federico García Lorca dedicó en su Romancero gitano a los tres arcángeles, San Miguel, San Rafael y San Gabriel, ángeles custodios de Granda, Córdoba y Sevilla respectivamente.





SAN MIGUEL
(Granada)
Se ven desde las barandas,
por el monte, monte, monte,
mulos y sombras de mulos
cargados de girasoles.
Sus ojos en las umbrías
se empañan de inmensa noche.
En los recodos del aire
cruje la aurora salobre.
Un cielo de mulos blancos
cierra sus ojos de azogue
dando a la quieta penumbra
un final de corazones.
Y el agua se pone fría
para que nadie la toque.
Agua loca y descubierta,
por el monte, monte, monte.
#
San Miguel, lleno de encajes
en la alcoba de su torre,
enseña sus bellos muslos
ceñidos por los faroles.
Arcángel domesticado
en el gesto de las doce,
finge una cólera dulce
de plumas y ruiseñores.
San Miguel canta en los vidrios;
efebo de tres mil noches,
fragante de agua colonia
y lejano de las flores.
#
El mar baila por la playa
un poema de balcones.
Las orillas de la luna
pierden juncos, ganan voces.
Vienen manolas comiendo
semillas de girasoles,
los culos grandes y ocultos
como planetas de cobre.
Vienen altos caballeros
y damas de triste porte,
morenas por la nostalgia
de un ayer de ruiseñores.
Y el obispo de Manila,
ciego de azafrán y pobre,
dice misa con dos filos
para mujeres y hombres.
#
San Miguel se estaba quieto
en la alcoba de su torre,
con las enaguas cuajadas
de espejitos y entredoses.
San Miguel, rey de los globos
y de los números nones,
en el primor berberisco
de gritos y miradores.
.

SAN RAFAEL
(Córdoba)
I
Coches cerrados llegaban
a las orillas de juncos
donde las ondas alisan
romano torso desnudo.
Coches que el Guadalquivir
tiende en su cristal maduro,
entre láminas de flores
y resonancia de nublos.
Los niños tejen y cantan
el desengaño del mundo,
cerca de los viejos coches
perdidos en el nocturno.
Pero Córdoba no tiembla
bajo el misterio confuso,
pues si la lsombra levanta
la arquitectura dle humo,
un pie de mármol afirma
su casto fulgor enjuto.
Pétalos de lata débil
recaman los grises puros
de la brisa, desplegada
sobre los arcos de triunfo.
Y mientras el puente sopla
diez rumores de Neptuno,
vendedores de tabaco
huyen por el roto muro.
II
Un solo pez en el agua
que las dos Córdobas junta:
Blanda Córdoba de juncos.
Córdoba de arquitectura.
Niños de cara impasible
en la orilla se desnudan,
aprendices de Tobías
y Merlines de cintura,
para fastidiar al pez
en irónica pregunta
si quiere flores de vino
o saltos de media luna.
Pero el pez, que dora el agua
y los mármoles enluta,
les da lección y equilibrio
de solitaria columna.
El Arcángel aljamiado
de lentejuelas oscuras,
en un mitin de las ondas
buscaba rumos y cuna.
#
Un solo pez en el agua.
Dos Córdobas de hermosura.
Córdoba quebrada en chorros.
Celeste Córdoba enjuta.



SAN GABRIEL
(Sevilla)
I
Un bello niño de junco,
anchos hombros, fino talle,
piel de nocturna manzana,
boca triste y ojos grandes,
nervio de plata caliente,
ronda desierta de calle.
Sus zapatos de charol
rompen las dalias del aire
con los dos ritmos que cantan
breves lutos celestiales.
En la ribera del mar
no hay palma que se le iguale,
ni emperador coronado,
ni lucero caminante.
Cuando la cabeza inclina
sobre su pecho de jaspe,
la noche busca llanuras
porque quiere arrodillarse.
Las guitarras suenan solas
para San Gabriel Arcángel,
domador de palomillas
y enemigo de los sauces.
-San Gabriel: El niño llora
en el vientre de su madre.
No olvides que los gitanos
te regalaron el traje.
II
Anunciación de los Reyes,
bien lunada y mal vestida,
abre la puerta al lucero
que por la calle venía.
El Arcángel San Gabriel,
entre azucena y sonrisa,
bisnieto de la Giralda,
se acercaba de visita.
En su chaleco bordado
grillos ocultos palpitan.
Las estrellas de la noche
se volvieron campanillas.
-San Gabriel: Aquí me tienes
con tres clavos de alegría.
Tu fulgor abre jazmines
sobre mi cara encendida.
-Dios te salve, Anunciación.
Morena de maravilla.
Tendrás un niño más bello
que los tallos de la brisa.
-¡Ay, San Gabriel de mis ojos!
¡Gabrielillo de mi vida!
Para sentarte yo sueño
un sillón de clavellinas.
-Dios te salve, Anunciación,
bien lunada y mal vestida.
Tu niño tendrá en el pecho
un lunar y tres heridas.
-¡Ay, San Gabriel que reluces!
¡Gabrielillo de mi vida!
En el fondo de mis pechos
ya nace la leche tibia.
-Dios te salve, Anunciación.
Madre de cien dinastías.
Áridos lucen tus ojos,
paisajes de caballista.
El niño canta en el seno
de Anunciación sorprendida.
Tres balas de almendra verde
tiemblan en su vocecita.
Ya San Gabriel en el aire
por una escala subía.
Las estrellas de la noche
se volvieron siemprevivas.
.



No hay comentarios: