viernes, 23 de septiembre de 2011

UN POEMA PARA EL OTOÑO


Aunque este otoño empieza de manera extraña (inusitadamente verde y acalorado), no podía faltar nuestra tradición de recibir poéticamente a la nueva estación. Ahí va este poema de Luis García Montero. Dejad por unos momentos la verde indignación y disfrutad del poema, que, como dijo Esopo, "no siempre ha de estar el arco tenso".



EL CABALLERO DEL OTOÑO

Apareció una tarde
sentado en el jardín que custodiaba
las horas amarillas,
el beso de los novios y las fuentes,
a los pies del balcón.

El caballero del otoño
estaba allí. Fue antes
de que la soledad encontrara su nombre.
Pero vestía con su ropa sucia
de mirar a la calle y de pensar los barcos,
perdido en el silencio de la siesta.

Cuando bajé del mundo mío
a las altas reuniones de los jefes de escuadra,
los sacerdotes o los sabios,
y me sentí más solo,
estaba allí conmigo,
esperando en la puerta,
el caballero del otoño.

Cuando tuve un amor,
desesperado y dulce como cualquier amor,
y recorrí las calles
en los amaneceres del regreso,
desgraciado y feliz como cualquier amante,
al entrar en mis dudas o al salir del hotel,
estaba allí conmigo,
el caballero del otoño.

La soledad se aprende y se conquista,
aunque llegue a nosotros
com revelación inesperada
de una tarde que juega con la lluvia.

Siempre estuvo conmigo,
el caballero,
la gala de mi vida,
la flor del tiempo.

Luis García Montero


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