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Es innegable que los grafitos o simplemente pintadas (así es como se traduce en español el término italiano graffiti que nos ha llegado a través del inglés) forman parte del paisaje de nuestras ciudades. Para algunos es una forma de ensuciar las paredes, los trenes o el mobiliario urbano; para otros, una manera que tienen los adolescentes de afirmar su "yo", tan maltrecho y vacilante en esas edades; finalmente, muchos consideran que ya son parte de la cultura urbana. Hay ciudades, como Berlín, que ya no se conciben sin esas aportaciones espontáneas, decorativas o críticas.
Algunos grafiteros han alcanzado la fama, como el británico Banksy, cuyas bromas visuales de contenido político se venden a muy buen precio en las galerías de arte y ya están colgadas en el Museo de Arte Moderno de Nueva York; o el mítico Keith Haring (1958-1990) que pasó de pintar las paredes del metro de Nueva York a exponer sus obras en las principales galerías y museos del mundo.
En fin, algunos de nuestros alumnos parece que llevan el grafito en las venas, como Roberto (2º C), que nos ha regado esta obra.
Por si queréis conocer algo más sobre grafiteros, os dejamos estos enlaces:
http://es.wikipedia.org/wiki/Keith_Haring
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