martes, 10 de mayo de 2011

Solución al Enigma-14






La violeta es una planta vivaz, que tiene las hojas con peciolo largo, acorazonadas y ligeramente dentadas y da flores solitarias de color violeta intenso, muy perfumadas que al restregarlas despiden un olor agradable y dulzón. El epíteto odorata hace referencia a ese embriagante olor que despide.

Cuenta la mitología el motivo por el que las violetas se volvieron de ese color, habiendo sido siempre blancas.














En una zona boscosa vivían unas mujeres muy bellas que cultivaban y cuidaban una tupida alfombra de violetas blancas. Llevada por la curiosidad, se acercó Venus para ver si realmente eran tan bellas. Su hijo Cupido quiso también conocerlas y, yendo con su madre, se decantó por ellas al pensar que eran más bellas que la propia Venus.









Ella se puso roja de ira y de roja pasó a violeta; además, de sus manos salieron rayos que lanzó contra Cupido. Éste esquivaba los rayos revoloteando y los que daban sobre las violetas blancas hacían que éstas adquirieran el color violeta de la diosa.









Desde entonces, las flores de la planta son conocidas por su perfume y su color violeta.




Las violetas también intervienen en otra historia mítica.





Yamo fue un héroe de Olimpia, nacido de la relación que Evadne tuvo con Apolo. Avergonzada de haber sido seducida por el dios, expuso al niño para que muriera, pero dos serpientes acudieron a alimentarlo con miel.





La madre lo encontró un día salvado de este modo milagroso y tendido en un lecho de violetas en flor; por eso le dio por nombre Yamo (Íamos), “el niño de las violetas”.












Pero, quizá, el mito más conocido relacionado con las violetas y que explicaría el origen de ellas tiene que ver con Atis y Cibeles.





Frigia era el reino del legendario rey Midas, cuya capital, Gordio, acogió a Alejandro Magno para conquistar Asia tras “desatar” el nudo gordiano. Cibeles, la Magna Mater, era originaria de ese reino y parece que un pastor llamado Atis fue amado castamente por la diosa haciéndole guardián de su templo y obligándole a permanecer virgen.

Pero Atis se enamoró de una ninfa y Cibeles lo volvió loco. En su delirio Atis se automutiló, muriendo desangrado, y de su sangre brotaron las violetas. El cuerpo de Atis se transformó en un pino.
Más tarde Atis resucitó y se volvió a unir a Cibeles.









Este relato se habría construido para explicar costumbres practicadas tales como la auto-castración de los sacerdotes (los Galli) para entrar al servicio de Cibeles.
Ya que Atis era el "paredro" (πάρεδρος, “sentado al lado”) de Cibeles, como Adonis lo era de Afrodita, estas diosas requerían de sus sacerdotes, encarnaciones de sus amantes divinos, que practicaran la castidad, de forma que quienes querían entrar a servirla, creyendo imposible alcanzarla, se emasculaban y sellaban el compromiso con un sacrificio brutal a fin de evitar las tentaciones.




Roma adoptó gratamente el culto de Cibeles, porque un oráculo había predicho que expulsarían al invasor cartaginés Aníbal cuando establecieran en Roma el culto a esa diosa. Por ello los romanos pidieron que les confiasen la piedra negra que daba corporeidad a la divinidad y la ubicaron en el templo de la Victoria, en la colina Palatina. Cibeles trajo consigo también el culto de su joven amante Atis.
El emperador Claudio incorporó a religión oficial del estado el culto frigio del árbol sagrado.











La festividad romana de Cibeles y Atis, en la segunda quincena de Marzo, se iniciaba cortando un pino del bosque y una congregación de porteadores del árbol lo llevaba al templo, donde lo trataban como a una deidad, amortajándolo con bandas de lana y adornándolo de guirnaldas de violetas (que creían brotaron de la sangre de Atis). Después ataban a la mitad del árbol la figura de un joven ( como si fuera Atis).





En el equinocio de primavera (el 25 de marzo) celebraban la resurrección divina de Atis con desenfrenado júbilo, a modo de carnaval, donde todos podían decir y hacer cuanto quisieren; el día 26 descansaban; cerraba el festival una procesión el día 27, precediendo a la imagen de Cibeles (sobre piedra negra transportada en carreta tirada por bueyes), los nobles descalzos que saliendo por la puerta Capenas enfilaban el camino hasta la orilla del Tiber, donde el gran sacerdote vestido de púrpura , lavaba la imagen y los objetos sagrados en el agua del río, tras lo que esparcían violetas.







Pero, además de saber sobre su culto, conviene saber que en la iconografía es frecuente ver la imagen de Cibeles en un carro tirado por dos leones.











La mitología nos lo explica con la historia de estos dos personajes, Atalanta e Hipómenes.
Atalanta, hija del rey de Tebas, creció en los bosques y tomó la decisión de no contraer matrimonio para mantenerse virgen y consagrarse a la diosa cazadora Artemisa. Además, el oráculo le había dicho que el día que se casara se convertiría en animal. Así a los pretendientes los retaba a una carrera tras la que, si ella ganaba, los mataba y si uno de ellos ganaba entonces se casaría.









El joven Hipómenes la desafió pero tenía la ayuda de Afrodita, que le dio manzanas de oro para tentarla. Cuando en la carrera ella lo iba a alcanzar, él dejaba caer una manzana de oro y Atalanta, cautivada por la belleza de la manzana, se detenía a cogerla. Así le ganó la carrera y obtuvo el derecho a casarse con ella.





Parece que fueron muy felices pero el mito concluye con la unión impura de los amantes en un recinto sagrado, por lo que fueron convertidos en leones (se cumplió el oráculo). Más tarde Cibeles, compadecida, los habría uncido a su carro.





Así las respuestas al Enigma son:





1ª-Las flores son las violetas (Viola odorata)





2ª-El cuerpo de Atis se transformó en un pino





3ª-Los leones que aparecen en el carro de Cibeles son Atalanta e Hipómenes





Han respondido acertadamente, además de nuestra Isabel y Lola, los alumnos del IES El Olivo:



1º-Laura Carrobles



2º-Vanesa Fuster



3º-Karla Navarrete


Del IES Ciudad de los Poetas han contestado correctamente:


1º-Ana Rodriguez


2º-Paula Reguilón


3º-Marina González





MUCHAS GRACIAS POR VUESTRA PARTICIPACIÓN



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