martes, 8 de septiembre de 2009

EFEMÉRIDES

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Tal día como hoy, en 1645, fallecía Francisco de Quevedo en el convento de los padres dominicos de Villanueva de los Infantes (Ciudad Real), muy cerca de la Torre de Juan Abad, lugar al que se había retirado dos años antes desengañado, viejo y achacoso. Nada más os vamos a contar de este genial poeta, malabarista del lenguaje, porque a nuestros alumnos de 3º de la ESO y de 1º de Bachillerato ya les darán buena cuenta de él. Simplemente os vamos a dejar aquí un poema (un soneto, para más señas) en el que habla de la brevedad de la vida y del tiempo que huye imparable hacia la muerte, temas que -tan barroco él- siempre le obsesionaron.

REPRESÉNTASE LA BREVEDAD
DE LO QUE SE VIVE
Y CUÁN NADA PARECE LO QUE SE VIVIÓ
"¡Ah de la vida!"... ¿Nadie me responde?
¡Aquí de los antaños que he vivido!
La Fortuna mis tiempos ha mordido;
las Horas mi locura las esconde.
¡Que sin poder saber cómo ni adónde
la salud y la edad se hayan huido!
Falta la vida, asiste lo vivido,
y no hay calamidad que no me ronde.
Ayer se fue; mañana no ha llegado;
hoy se está yendo sin parar un punto:
soy un fue, y un será, y un es cansado.
En el hoy y mañana y ayer, junto
pañales y mortaja, y he quedado
presentes sucesiones de difunto.
Bueno, esperamos ho haberos amargado el día. Disfrutad de él y de todo el tiempo que tenéis por delante (precisamente porque se escapa).
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