Fieles a nuestra tradición de aprovechar las efemérides para dar a conocer -sobre todo a nuestros alumnos- hechos y personajes que pertenecen a nuestra cultura, hoy damos cuenta de que hace justo cien años nacía el gran director de cine Elia Kazan.
Kazan nació el 7 de septiembre de 1909 en Estambul; bueno, entonces se llamaba Constantinopla y era la capital del Imperio Otomano. Pertenecía a una familia cristiana de origen griego, que se dedicaba al comercio de alfombras. Siendo sólo un niño, sus padres emigraron, primero a Europa y posteriormente a Estados Unidos, donde llegó en 1913. Su padre instaló un negocio de alfombras en Nueva York. El negocio iba bien y la familia alcanzó una buena situación económica que se vio truncada con la famosa crisis del 29.
A pesar de la mala situación económica de la familia, Elia comenzó los estudios de Arte Dramático en la Universidad de Yale, costeándose los estudios con un trabajo de portero de noche en un edificio. No acabó la carrera, pero pronto comenzó su actividad teatral: dirigió obras de teatro, trabajó como actor y formó parte del Group Theatre, una formación de teatro experimental, donde se reveló como uno de sus mejores directores. En 1947 fundó, junto a Cheryl Crawford y Robert Lewis, el mítico Actor's Studio, academia de interpretación donde se formaron actores tan importantes como Marlon Brando, Montgomery Clift o Paul Newman.
A pesar de su intensa actividad teatral, Kazan es conocido mundialmente como director de cine. Su carrera cinematográfica comenzó en 1944 con la película A Tree Grows in Brooklyn (Lazos humanos), a la que siguieron dieciocho películas hasta 1976, fecha en la que decide abandonar el cine para dedicarse exclusivamente a la actividad literaria.
Entre sus películas se encuentran algunas imprescindibles en la historia del cine: Un tranvía llamado deseo (1951), La ley del silencio (1954), Al este del Edén (1955), Baby Doll (1956), Esplendor en la hierba (1961), América, América (1963), El compromiso (1969), El último magnate (1976).
Recibió tres Óscar al mejor director: en 1947 por La barrera invisible; en 1951 por Un tranvía llamado deseo y en 1955 por La ley del silencio. En 1981 se le otrogó un Óscar honorífico por toda su carrera, pero fue muy controvertido: muchos de sus compañeros de Hollywood no le perdonaron su actitud en la "caza de brujas" del senador MacCarthy. Quizá haga falta que os expliquemos un poco esto.
Entre 1950 y 1956, el senador norteamericano MacCarthy encabezó el Comité de Actividades Antinorteamericanas encargado de descubrir y neutralizar a los comunistas norteamericanos. Eran los tiempos de la guerra fría: la URSS había empezado a experimentar con la bomba atómica, Mao Zedong acababa de subir al poder en China con su revolución comunista y la guerra de Corea había empezado. Estados Unidos se sentía amenazado y se comenzó a ver a los compatriotas izquierdistas y comunistas como colaboradores -reales o en potencia- de la Unión Soviética. Del miedo se pasó a la paranoia: muchos ciudadanos fueron investigados; se animaba a la delación; se elaboraron "listas negras" donde se incluyeron a los sospechosos; hubo procesos judiciales irregulares, acusaciones falsas... El senador se cebó especialmente con Hollywood. Muchos intelectuales y artistas protestaron, pero otros colaboraron con MacCarthy delatando a sus propios compañeros. Uno de ellos fue Elia Kazan.
Esta es la razón por la que muchos de los artistas de Hollywood se quedaron sentados y no aplaudieron cuando se le entregó el Óscar honorífico.
Falleció en Nueva York el 28 de septiembre de 2003
En fin, independientemente de esta triste anécdota, os invitamos a que os acerquéis a su cine. Es, sin duda, uno de los grandes directores del siglo XX. Os dejamos aquí una escena de Un tranvía llamado deseo (¿Quién no recuerda a esa cursi, histérica, insoportable y tierna Blanche Dubois, y esa brutalidad masculina encarnada -nunca mejor dicho- por Marlon Brando?)
Nota: Está en inglés intencionadamente. Es para que practiquéis
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