Hoy es el Día Internacional de la Danza, y se lo vamos a dedicar a PINA BAUSCH (1940-2009) porque fue una de las figuras más importantes de la danza contemporánea internacional.
Esta magnífica mujer nació en Alemania, en la cuenca del Ruhr (la zona más industrializada de Alemania) en plena Segunda Guerra Mundial. Desde muy joven se sintió atraída por la música y la danza, y a ello se dedicó. Estudió y bailó, bailó, bailó... La danza no es un camino sencillo, necesita de una gran voluntad y un enorme esfuerzo. Con sólo 19 años ya estaba en Nueva York bailando en importantes ballets y recibiendo vivificadoras influencias, como la de Martha Graham (1894-1991).
Volvió a Alemania en 1961 y comenzó a realizar sus coreografías y a trabajar como directora del ballet que lleva su nombre. Sus montajes y coreografías son conocidos y admirados en todo el mundo. Entre ellos podemos destacar:
- La consagración de la primavera de Stravinsky (1975)
- El ballet basado en la ópera de Ifigenia en Taúride de Gluck (1975), que se pudo ver en Madrid en 1998.
- El ballet Orfeo y Euridice, también basado en una ópera homónima de Gluck (1975), del cual podéis ver un fragmento en el vídeo.
- Café Müller (1978), coreografía que usó Pedro Almodóvar en su película Hable con ella (2002).
Una de las reuniones que tuvieron Almodóvar y ella para hablar de esa colaboración tuvo lugar en un local de Lavapiés que es centro de reunión de la gente del flamenco y de toda la gitanería del espectáculo. A Pina Bausch le gustaba el flamenco.
Cuando murió, estaba preparando un montaje sobre la canción Volver a los diecisiete de Violeta Parra.
Recibió muchísimos premios y el reconocimiento y la admiración de intelectuales y artistas de todo el mundo. El director de cine alemán Wim Wenders (1945) fue un gran amigo suyo, y rodó en 2011 la película Pina en la que rinde homenaje a la genial bailarina y coreógrafa contemporánea.
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