Ahora que estamos rodeado de regalos, de cosas nuevas, haítos de comida (el que ha podido, claro), volvemos a la carga sobre un tema interesante y candente: la obsolescencia programada. Ya no somos seres racionales y pensantes (si alguna vez lo fuimos), sólo somos consumidores. Todo está programado para que jamás podamos dejar de consumir. Pensadlo.
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