lunes, 11 de julio de 2011

450 ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE LUIS DE GÓNGORA



DON LUIS DE GÓNGORA Y ARGOTE nació el 11 de julio de 1561; es decir, si hubiera sido inmortal hoy hubiera cumplido 450 años, fecha redonda que aprovechamos para recordarlo, porque es posible que no lleguemos al quinto centenario.

Don Luis es ese señor vestido de negro y de gesto adusto que nos mira desde las páginas de los libros de Lengua Castellana y Literatura (sobre todo en los de 3º de la ESO y en los de 1º de Bachillerato). Los alumnos más espabilados recordarán que forma parte del Siglo de Oro de la Literatura española; alguno afinará más y dirá que era un gran poeta y puede que lo relacione con una corriente poética que se llamaba culteranismo; quizá alguien recuerde que fue muy admirado por la Generación del 27. No creo que lleguen más allá. Tampoco llegarán los adultos, a no ser que sean profesores de Literatura. Así que vamos a intentar acercaros a este literato, que era todo un personaje.

Nació, como ya hemos dicho, en pleno mes de julio y en Córdoba, por lo que hemos de suponer que su primera sensación del mundo fue un calor sofocante. Nació en el seno de una familia de hidalgos, aunque su enemigo poético Quevedo siempre quiso ver un su nariz algo de juadizante. Su madre, Leonor de Góngora, pertenecía a una rica familia cordobesa; su padre, Francisco de Argote, había estudiado Leyes en Salamanca, era Consultor y Juez de bienes confiscados del Santo Oficio, y un erudito; y su tío, Francisco de Góngora era racionero de la catedral. La casa de los Góngora contenía una importante biblioteca y era centro de reunión de los intelectuales de la Córdoba de la época.

Desde muy pronto se decidió que él, el primogénito, heredaría las rentas eclesiásticas de tío Francisco, mientras que su hermano Juan se haría cargo de las rentas civiles de la familia. Pero Luisillo crecía y corría despreocupado por las calles de Córdoba y probablemente, como cuenta en su famoso romancillo, se hacía un disfraz de militar y un caballo de juguete para entrar en la plaza haciendo corbetas, y jugaba a las cañas con sus amigos, mientras su hermanilla cantaba y bailaba con otras niñas.

En fin, abreviemos, que esto se alarga. Con 14 años toma las órdenes menores para poder acceder a las rentas eclesiásticas del tío. Es decir, pasa a trabajar para la Iglesia a cambió de un sueldo. Ese dinero le permite marcharse a Salamanca a estudiar (1576), y lo hace como un señor: en una casa alquilada, con ama y criados. Pero estudiar, estudió poco. Dejó la Facultad de Cánones cinco años después y sólo había conseguido el título de Bachiller (que no era poco en la época).

De vuelta a Córdoba, sigue dándose la buena vida y se ordena diácono para poder ejercer como racionero de la catedral. Viaja mucho con encargos del episcopado, y llegará a la corte, que despreciará con ese orgullo que sólo puede tener un cordobés, aunque él terminará cayendo en la trampa de la vida mundana y cortesana. El desprecio de la corte quedó sólo como tópico literario.

Su vida está vinculada a la Iglesia, pero él no es precisamente un modelo de perfección: 1988 se le pone una multa por: ir poco al coro, hablar durante el oficio, murmurar sobre las vidas ajenas, ir a los toros, tratar con comediantes y escribir coplas. Además, le gustaba el juego y tenía mal perder.

De todas formas, fue escalando puestos eclesiásticos, siguió viajando a cuenta del cabildo y aprovechó para estrechar lazos con los poderosos y buscar hombres influyentes que lo protegieran, aunque en eso tuvo poca vista. Sus protectores o cayeron en desgracia en el aprecio real o murieron en circunstancias que podríamos llamar “violentas”: Don Rodrigo Calderón, el conde de Villamediana y el conde de Lemos.

En 1618 se ordena sacerdote como medio para conseguir que lo nombren capellán real. Pero su vida es poco “sacerdotal”: va a fiestas, a los toros, al teatro… y juega y pierde y contrae deudas y los acreedores lo acosan. Es en esta época cuando lo pinta Velázquez por encargo de su suegro (el de Velázquez), el también pintor Pacheco. La boca apretada, gesto adusto y amargado, mirada penetrante e inteligente y una altivez que raya en la impertinencia. Se sabe un gran poeta, pero no se vive de la poesía.

Su situación económica es cada vez peor. Cuentan que hacia 1624 no salía de casa porque su ropa estaba demasiado vieja y gastada. ¡Ay, estos hidalgos pobres y orgullosos! Además fue desalojado de su casa por deudas, y dicen que fue su enemigo Quevedo quien compró la vivienda.

En 1626 le dio un ataque cerebral. Pobre y enfermo, decide regresar a su querida Córdoba. Ha perdido la memoria. Es posible que en su cabeza llena de neblina sonaran las canciones que cantaban unas niñas en la plazuela, mezcladas con los gritos y las risas de unos chicos jugando cañas…

Murió el domingo 23 de mayo de 1627 y fue enterrado en la capilla de San Bartolomé de la Catedral de Córdoba.

En su obra podemos encontrar una vertiente de raíz popular: romances, romancillos y otras composiciones; y esa poesía culterana que le ha dado fama. Fue muy apreciado en el siglo XVII y rechazado en el XVIII, siglo de luces y claridades donde encajaba mal la poesía compleja de Góngora. Tenemos que esperar hasta 1927, cuando se celebra el tercer centenario de su muerte, para que se vuelva a hablar del poeta cordobés con admiración. Los encargados de resucitarlo fueron un grupo de poetas universitarios, jóvenes, con ganas de renovar la poesía, que interpretaron la poesía gongorina como “pura vanguardia”: poesía elitista, deshumanizada, autónoma y con unas hermosas y elaboradas metáforas que se alejaban de la realidad y se acercaban a la imagen de vanguardia. Se reunieron en el Casino de Sevilla para hacerle un homenaje. De esa fecha deriva el nombre de Generación del 27.

Miembros de la Generación del 27 en el homehaje a

Góngora en 1927 en el Casino de Sevilla

En los próximos días, vais a poder disfrutar de algunos poemas de Góngora. ¡Qué suerte tenéis!

1 comentario:

  1. ¡Ah, D. Luis! Aquí os dejo un "retrato grafológico" que hice la última vez que visité su tumba en Córdoba. Espero que os guste:

    http://www.epifanioquiros.com/2011/01/gongora.html

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