Los alumnos de 2º de la ESO han de familiarizarse con el género narrativo y sus subgéneros, como son el cuento y la leyenda. Para ello, han tenido que buscar narraciones típicas de sus países. La fuente tenía que ser preferentemente la familia (madres, abuelas, tías...) de no poder ser..., pues siempre queda Internet. Después, los alumnos se han intercambiado las narraciones y cada uno ha tenido que ilustrar la de un compañero. Hoy os empezamos a mostrar el resultado. Ya iremos publicando los demás.
LAS PRINCESAS DELICADAS
Había una vez tres princesas llamadas Susana, Juana y Ana que eran muy altas, guapas y sanas, y siempre estaban muy alegres y con ganas de jugar y divertirse. Sus padres, los reyes, estaban muy contentos con sus tres hijas porque nunca se ponían enfermas. Pero, de repente, un día, sin que nadie pudiese explicar la causa, las tres princesas se volvieron muy delicadas.
La princesa Susana, la mayor de todas, estaba paseando tranquilamente por el jardín del palacio, cuando unos pétalos de rosas la rozaron ligeramente en la cabeza, y la princesa cayó al suelo desmayada con un enorme chichón. Los médicos pudieron curarle aquel golpe, pero la princesa quedó delicada para siempre.
Otro día, la segunda princesa, Juana, se despertó con una gran herida en la espalda. Cuando buscaron la causa de la herida, descubrieron que había sido provocada por una pequeña arruga de las sábanas. Los médicos pudieron curar la herida, pero la princesa Juana quedó delicada para siempre.
Entonces los reyes, muy asustados, decidieron construir una urna de cristal para meter en ella a la princesa Ana, la más pequeña y hermosa de las tres princesas. En el salón más grande del palacio, los ingenieros reales construyeron en pocos días una enorme urna con las paredes y el techo de cristal. Dentro vivía la princesa y no la dejaban salir. Los reyes llegaron a pensar que a su hija pequeña no le iba a pasar nada y que no se haría delicada.
Pero un día entró en la urna un pequeño mosquito, y con el aire producido por el movimiento de sus alas se resfrió la princesa. Los médicos pudieron curar el resfriado, pero la princesa Ana quedó delicada para siempre. Todavía los reyes no se han puesto de acuerdo sobre cuál de sus hijas es la más delicada.
Aportado por G. A. (España). Dibujo de Azzadine Faress (Marruecos)
EL DRAGÓN DE CRACOVIA
Había una vez un castillo llamado Wawel, que se encontraba en Cracovia, a la orilla del Vístula. En él vivía un rey con su hija la princesa, y estaban aterrorizados por un dragón, cuyo nombre era… Bazyliszek. Este dragón vivía en una cueva al lado del castillo, y se comía a todo el que pillaba.
Pasado un tiempo, el rey organizó una batida contra el terrible dragón, y quien fuera tan valiente de matarlo, se casaría con la mismísima hija del rey. Caballeros de todo el mundo viajaron para vencer al terrible animal, pero, lamentablemente, todo el que se acercaba a la cueva del dragón era devorado por él. Hasta entonces, nadie había conseguido vencerlo.
Mientras tanto, en el pueblo había un joven y débil muchacho, que era zapatero, al que se le ocurrió la idea de que él podía matarlo. El pequeño zapatero fue al castillo y se presentó ante el rey y le dijo que él era capaz de vencer al dragón. La gente que lo escuchaba se reía de él, pero el rey, muy extrañado, le concedió el permiso.
El zapatero, de inmediato, se fue al mercado a comprar una oveja, la mató, le llenó la barriga de pólvora y la cosió. Al oscurecer, el joven zapatero dejó la oveja frente a la cueva del dragón y se fue.
Cuando ya era de día, al dragón Bazyliszek le entró apetito y salió de la cueva para buscar comida. Se encontró la oveja y de un gran bocado se la comió. Al animal le empezó a escocer la garganta y se fue corriendo a beber agua del río. Bebió y bebió hasta que… ¡bum!, reventó. Entonces el pequeño zapatero se casó con la princesa y vivieron felices para siempre.
Cuento aportado por Ewelyna Sega (Polonia). Dibujo de Rafael Isai Roca (Bolivia)
Cuento aportado por Ewelyna Sega (Polonia). Dibujo de Rafael Isai Roca (Bolivia)
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