jueves, 11 de noviembre de 2010

LO QUE HAY QUE VER / MUSEOS

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Se ha abierto al público el antiguo Real Observatorio Astronómico, hoy convertido en museo. Doble alegría: poder ver de cerca una de las joyas arquitectónicas del Neoclasicismo español y disfrutar de su contenido, que nos puede ayudar a comprender la evolución de la ciencia astronómica.

Empecemos por el continente. Este edificio fue proyectado por el arquitecto Juan de Villanueva a instancias del rey Carlos III y el marino Jorge Juan. Formaba parte de un gran proyecto ilustrado que pretendía crear un eje "científico" formado por un Gabinete de Ciencias (que terminó convertido en Museo del Prado), un Jardín Botánico y un Observatorio Astronómico. Los tres edificios le fueron encargados al mismo arquitecto, e iban flanqueados por tres fuentes dedicadas a tres dioses muy significativos: Cibeles, Apolo y Neptuno; representantes de toda la realidad que se pretendía someter a estudio: la Tierra, el Cielo y el Mar.

Fue un gran proyecto auspiciado por las ideas de la Ilustración que pretendían que la razón y la ciencia explicaran el mundo. Pero Carlos III, su impulsor, no pudo ver casi nada del proyecto realizado. Del Real Observatorio no vio ni el inicio de las obras (1790).


A finales del siglo XVIII, Madrid no existía más allá del Retiro, y el cerrillo de San Blas era un lugar idóneo para ver las estrellas. Claro, no había contaminación lumínica ni de la otra. En el edificio se instalaron seis astrónomos con sus familias. Desde allí, esos sabios miraban y estudiaban las estrellas, se dedicaban a estudiar la meteorología y a calcular la ora exacta por la que se regían todos los relojes del país (una hora menos en Canarias). Lo hacían mirando la posición de los astros.

Hoy los visitantes pueden encontrar cosas muy curiosas en este museo, como un gran péndulo de Foucault que se colocó en los años noventa; un enorme espejo de cobre pulido, única pieza superviviente del telescopio Herschel (imagen de arriba), cuya estructura de madera sirvió como leña a las tropas francesas en la Guerra de la Independencia. El artefacto se ha reconstruido a escala en los jardines para que el público se haga una idea. ¿Qué otras cosas podemos encontrar? Pues, sismógrafos, nefoscopios, teodolitos, calculadoras con manivela y la regla geodésica con la que se midió España por primera vez de forma seria. Naturalmente, las visitas son guiadas, para que no nos perdamos entre tanto cachivache científico.
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Esperamos que tanto los amantes de la arquitectura como los de las ciencias, así como los ambidiestros, se pasen algún día por allí para disfrutar. Está al ladito de la estación de Atocha.
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REAL OBSERVATORIO
calle Alfonso XII, 5 (Atocha)
Cita previa en www.ign.es o en el teléfono 915 061 261
Precio: 5 euros

Os dejamos también un enlace en el que podéis encontrar mucha más información:

OBSERVATORIO ASTRONÓMICO
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