martes, 15 de junio de 2010

Solución al Enigma 15

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El personaje que nos proponía el Enigma era el orador, político y filósofo latino Marco Tulio Cicerón.
Perteneciente a una familia plebeya de Arpino, desde muy joven se trasladó a Roma donde asistió a lecciones de famosos oradores y jurisconsultos, como era habitual, y más tarde inició su carrera de abogado para convertirse pronto en uno de los más famosos de Roma.

Posteriormente, se embarcó rumbo a Grecia con el objetivo de continuar su formación filosófica y política. Abierto a todas las tendencias, fue discípulo del epicúreo Fedro y del estoico Diodoto, siguió lecciones en la Academia y fue a encontrar a Rodas al maestro de la oratoria, Molón de Rodas, y al estoico Posidonio.



De vuelta a Roma, prosiguió su carrera política, y en el lapso de trece años consiguió las más altas distinciones. Empezó como cuestor en Sicilia en el 76 a.C., y en el 70 a.C. aceptó defender a los sicilianos oprimidos por el antiguo magistrado Verres, para quien sus alegatos (Verrinas) supusieron la condena, lo cual lo hizo muy popular entre la plebe y contribuyó a consolidar su fama de abogado.

Decidido partidario de la república, admitía la necesidad de un hombre fuerte para dotar de estabilidad al Estado, figura que reconocía en Pompeyo.



Su carrera política fue fulgurante: en un año fue elegido edil, en el 66 a.C. pretor, y en el 63 a.C. obtuvo el consulado. Desde esta posición, hizo frente a los populares, liderados por Craso y César, y llevó a cabo una de las batallas más dramáticas y peligrosas de su carrera: su oposición a la conspiración de Catilina.

Los cuatro discursos (Catilinarias) pronunciados por Cicerón ante el Senado a fin de conseguir la ejecución de los conspiradores constituyen la muestra más célebre de su brillante oratoria.

Comenzaba la primera Catilinaria diciendo:
Quo usque tandem abutere, Catilina, patientia nostra? [¿Hasta cuando, Catilina, abusarás de nuestra paciencia?]
Esta sentencia se ha usado posteriormente para quejarse de que algo está reclamando una paciencia infinita y que ésta está a punto de terminarse.

Ese mismo discurso contenía otra conocida sentencia del orador, célebre incluso en nuestros días:
O tempora, o mores! [¡Oh tiempos, oh costumbres!]., usada como queja para señalar que se han perdido las buenas costumbres de nuestros antepasados.




Sin embargo, su actuación en la conjuración de Catilina acabó por provocar su exilio años más tarde, cuando Clodio, elegido tribuno de la plebe, gracias a César, consiguió el reconocimiento de una ley que sancionaba con la pena de muerte a todo ciudadano romano que hubiera hecho ejecutar a otro sin el previo consentimiento del pueblo.Tras buscar, sin éxito, el apoyo de Pompeyo, Cicerón marchó al exilio.


Regresó a Roma apenas un año y medio más tarde, pero para entonces su carrera política estaba prácticamente acabada, situación que pareció hacerse definitiva con la dictadura de César (48-44 a.C.).
Sólo cuando éste fue asesinado, Cicerón volvió a la escena política para promover la restauración del régimen republicano. En un principio, mientras Marco Antonio aún no se había afianzado en el cargo, gozó de cierto poder, pero apenas aquél se sintió seguro, Cicerón se encontró con una fuerte resistencia, a la que hizo frente verbalmente con las catorce Filípicas contra Marco Antonio.(Ese título lo puso en honor al orador griego Demóstenes y sus Filípicas contra Filipo de Macedonia)

En vano intentó entonces aliarse con Octavio contra Marco Antonio, pero Octavio unió sus fuerzas con las de éste y con Lépido para la formación del segundo triunvirato (43 a.C.). Ese mismo año, Cicerón fue apresado y ejecutado.




El cognomen "Ciceron" parece que deriva de 'cicer', garbanzo; según unos por dedicarse su familia (la familia Tulia de Arpino) al cultivo del garbanzo; según otros por tener él mismo, o un antepasado, una verruga en la nariz con verdadera forma de garbanzo.
De cualquier modo, hablar de Cicerón es hablar sin duda del súmmum de la oratoria.
La originalidad de sus obras filosóficas es escasa, aunque con sus sincréticas exposiciones se convirtió en un elemento crucial para la transmisión del pensamiento griego.

Por lo tanto las respuestas al Enigma son:

1ª- Marco Tulio Cicerón, que alcanzó el consulado en el 63 a.C.
2ª- Denunció a Lucio Sergio Catilina.
3ª- Obras suyas son, por ejemplo, dentro de la oratoria, las aludidas Verrinas, las famosísimas Catilinarias o las Filípicas.
Dentro de lo filosófico podríamos citar De amicitia, De senectute o De re publica, donde propone como mejor sistema político el resultante de la fusión de la monarquía, la oligarquía y la democracia.

Y en este último Enigma del curso, además de las profesoras Isabel, Lola y Yolanda, los alumnos que han acertado han sido:

1ª- Vanesa Fuster (2º Bachill.)
2ª- Fátima Lemalen (1º Bachill.)


Muchas gracias a todos los que habéis seguido cada Enigma dispuestos a investigar, a aprender y a recordar datos olvidados.
Sé que algunos esperabais ilusionados que saliera el Enigma cada quince días pero luego no os atrevíais a participar. Espero que esa vergüenza desaparezca en la próxima ocasión.
Y a aquellos otros que pusieron de excusa la falta de tiempo, les digo que buscar las soluciones era tan divertido como ver una serie de la tele y, además, se aprendía bastante más.


¡ GRACIAS POR PARTICIPAR !
¡FELICES VACACIONES Y FELIZ DESCANSO VERANIEGO!
¡ HASTA EL CURSO QUE VIENE !
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