sábado, 30 de mayo de 2009

AÑO INTERNACIONAL DE LA ASTRONOMIA/y10

Hasta el año 1609, los astrónomos no utilizaban más instrumentos que sus propios ojos. Observando el cielo nocturno hora tras hora, día tras día, año tras año, y anotando todo cuanto veían, los científicos de antaño recopilaron una enorme cantidad de datos con los que Ptolomeo, y después Copérnico, desarrollaron sus teorías cosmológicas. Todo consistía, entonces, en interpretar estos datos sobre el movimiento de los astros, mediante artificios matemáticos basados en la perfección del círculo. Más tarde, Kepler aniquilaría la idea del círculo como trayectoria planetaria, estableciendo la elipse en su lugar, gracias a la cual el sistema heliocéntrico funcionaba casi perfectamente.
Y entonces, en 1609, hace 400 años, el astrónomo GALILEO GALILEI decide apuntar al cielo nocturno con un artefacto llamado telescopio, que él mismo se construyó basándose en los hallazgos de los fabricantes de lentes holandeses. En ese momento, el cielo se convirtió en un mundo nuevo, lleno de sorpresas y de misterios que invitaban a la exploración cualitativa del cosmos. Y así nació la Astronomía moderna, y por eso hoy celebramos el DÍA INTERNACIONAL DE LA ASTRONOMÍA.

El telescopio inicial de Galileo era muy sencillo, pero los datos que ofrecía al apuntar al sol, la luna y los planetas eran asombrosos para las mentes de la época, empeñadas en creer que ahí arriba sólo existían objetos esféricos simples, dispuestos según la voluntad divina para adornar el cielo y proporcionar luz a la Tierra. Galileo observó fenómenos que llevaban a pensar en un universo complejo, vasto y tal vez infinito, lleno de acontecimientos que desafiaban el intelecto y lo recogido en las Escrituras. Una vez publicadas sus observaciones, en 1610, se empezó a tomar en serio en todas partes la idea del sol como centro del universo, iniciándose el declive de la Astronomía ptolemaica y llevando la revolución copernicana a su momento álgido.


Entre estas observaciones caben destacar:

-Una cantidad de estrellas mucho mayor que la observada a simple vista. Galileo descubre que el resplandor de la Vía Láctea es en realidad una gigantesca colección de estrellas.

-La presencia en la luna de cráteres, valles y montañas. Por tanto luna y Tierra son objetos semejantes, se elimina la distinción entre región terrestre y región celeste.


-Las imperfecciones en la esfera solar. Manchas oscuras que se mueven en la superficie del sol, surgen y desaparecen, contradiciendo la idea de la inmutabilidad de los cielos.


-Otros planetas pequeños girando alrededor de Júpiter (satélites). Por tanto existen otros mundos que alteran la noción de que la Tierra sea el centro de todo.

-Y, sobre todo, las fases de Venus, fenómeno debido al desplazamiento del reflejo de la luz solar, demostrando que dicho planeta se mueve alrededor del sol.

Galileo marcó el camino a seguir en la exploración metódica del universo y que llegaría a sepultar el pensamiento científico heredado de la antigüedad. Pero, por encima de todo, es el paradigma del observador tenaz que trabaja oponiéndose a la ciencia establecida como dogma, no porque crea llevar la razón en sus afirmaciones, sino porque no teme desvelar un mundo completamente insólito que la humanidad, y quizá él mismo, no están aún preparados para entender.

Alberto Recio

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